Este viernes la Organización de Naciones Unidas (ONU) le pidió a Francia que se ocupe seriamente de los “profundos” problemas de “racismo” que hay en sus fuerzas de seguridad, esto tras la muerte de un joven de 17 años a manos de la Policía el pasado martes.
La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, señaló durante una conferencia de prensa de la ONU en Ginebra que es el momento justo para que Francia “aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad”.
La ONU instó a que las autoridades garanticen que el recurso de la fuerza usado por parte de la Policía “contra los elementos violentos en las manifestaciones siga respetando los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y responsabilidad”.
No obstante, este viernes por la tarde el Gobierno de Francia rechazó las acusaciones de la ONU y, mediante el Ministerios de Exteriores, expresó en un comunicado que “cualquier acusación de racismo o de discriminación sistemática por parte de las fuerzas del orden en Francia es totalmente infundada”.
“Francia y sus fuerzas del orden luchan con determinación contra el racismo y todas las formas de discriminación. No se permite ninguna duda sobre ese compromiso”, añadió la cartera.
El fallecimiento de Nahel, el joven de 17 años que murió a manos de la Policía de Francia el pasado martes 27 de junio cuando recibió un disparo por parte de uno de los oficiales francés al negarse a detener su auto durante un control de seguridad, ha dejado como resultado graves enfrentamientos, caos y disturbios en las diferentes ciudades del país.
Los manifestantes se han tomado las diversas ciudades del país para protestar contra la agresión policial que sufrió Nahel.
Ante esta situación, la ONU expresó su preocupación y apuntó que “comprendemos que ha habido muchos saqueos y violencia por parte de ciertos elementos que utilizan las manifestaciones para esos fines, y que ha habido un gran número de policías que resultaron heridos”.
En horas de la mañana, la Policía francesa detuvo a cientos de jóvenes de 14 a 18 años tras los saqueos y disturbios en las protestas por la muerte del joven de 17 años.
El Gobierno desplegó 40.000 agentes en todo el país que registraron al menos 875 detenciones. La mayoría de los arrestados tienen entre 14 y 18 años.
En un informe interno, los cuerpos de seguridad preveían «una generalización» de la violencia en las próximas noches con «acciones dirigidas a las fuerzas del orden y los símbolos del Estado».
«No culpo a la policía, culpo a una persona: la que quitó la vida a mi hijo», dijo al canal France 5 Mounia, la madre de Nahel, en su primera entrevista desde los hechos.
Según ella, el agente de 38 años, en prisión preventiva acusado de homicidio voluntario, «vio un rostro árabe, un pequeño chaval, y quiso arrebatarle la vida».
Durante la jornada, Mounia lideró una marcha de protesta en su ciudad Nanterre, al oeste de París, que terminó con choques con la Policía, mobiliario urbano quemado y lanzamiento de gases lacrimógenos.
Con información de NTN24
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