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La candidata opositora de la izquierdista Libre, Xiomara Castro, es favorita entre los más de cinco millones de electores, pero el gobernante Partido Nacional (PN), de derecha, cuyo candidato es el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, se ha beneficiado de una mejor organización y oportunas campañas del gobierno de entrega de bonos a familias vulnerables.
Los temores de fraude, algo que la oposición ya denunció en 2017, y reportes de al menos 31 muertos como parte de la violencia política en la campaña, avivan las tensiones.
«Si el PN gana las elecciones, aunque sea legítimamente, habrá un nivel de violencia preocupante», dijo a la AFP el analista Raúl Pineda, abogado y exlegislador del PN.
Hace cuatro años, Hernández logró reelegirse en medio de acusaciones de fraude por parte de la oposición y de observadores internacionales.
Eso desató una ola de protestas y represión estatal que dejó una treintena de fallecidos.
«Tenemos miedo de perder el empleo porque haya relajo (revueltas). Vivimos de lo diario que ganamos», dice Luis Andino, quien se dedica a gestionar trámites de quienes solicitan licencias de conducir. Cuando hay protestas, cierran el área donde trabaja.
«Hay suficiente combustible para una nueva crisis electoral», dijo Eugenio Sosa, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional.
Todo esto en un país ya golpeado por el accionar de pandillas, el narcotráfico y huracanes, con el 59 % de sus 10 millones de habitantes que viven en la pobreza.
«Se ha desarrollado una especie de paranoia, la gente se está preparando para la guerra», con ciudadanos que en los últimos días se han abastecido de comida y agua ante el temor de no poder salir a comprar, dijo Pineda.
Pero insiste en que Washington le ha puesto mucha atención a Honduras. No quiere que una nueva crisis aliente aún más las olas migratorias que constantemente van de Centroamérica a Estados Unidos.
Por ello envió al jefe de su diplomacia para América Latina, Brian Nichols, a reunirse con los candidatos, mientras observadores internacionales buscan garantizar elecciones transparentes.
Las urnas abren a las 07H00 locales y cierran a las 17H00. No hay balotaje.
El momento crucial en que se «podría desatar la violencia» llegará tres horas después del cierre, cuando está previsto que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anuncie los primeros resultados, dijo a la AFP Gustavo Irias, director ejecutivo del Centro de Estudio para la Democracia.
«Evitarlo dependerá de la actitud de los actores políticos, las misiones de observación y de Estados Unidos», consideró.
«Estamos desplegados para garantizar al pueblo hondureño que habrá seguridad y paz, para que puedan ir a ejercer su derecho», dijo el jefe de las Fuerzas Armadas, Tito Livio Moreno.
El PN ha estado en el poder desde que Manuel Zelaya, el esposo de Castro, fue derrocado en un golpe de Estado en 2009 apoyado por el ejército, las élites empresariales y la derecha.
Una serie de escándalos de corrupción y tráfico de drogas han salpicado a Hernández. «Tony», su hermano, cumple cadena perpetua en una prisión estadounidense por tráfico de drogas. Los narcotraficantes que el presidente ayudó a extraditar a Estados Unidos lo acusaron de estar involucrado en ese delito.
Asfura, en tanto, fue acusado en 2020 de malversar fondos públicos, nombrado en los Papeles de Pandora y vinculado al tráfico de influencias en Costa Rica.
El tercer candidato en preferencias de los 13 en carrera, Yani Rosenthal (Partido Liberal) pasó tres años en una cárcel de Estados Unidos por lavar dinero del narcotráfico.
«Honduras es conocido internacionalmente como un narcoestado, pero no hay narcoestados, solo narcogobiernos», dijo Pineda.
Para Pineda, «la gente no votará por Xiomara, sino contra Juan Orlando Hernández y lo que él representa». En el partido de Castro consideran que ella ya ha sacado una ventaja superior a los 12 puntos porcentuales.
Para muchos votantes, el principal problema es la falta de trabajo. El desempleo saltó del 5,7 % en 2019 al 10,9 % en 2020, en gran parte debido a la pandemia del coronavirus, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma.
Mientras pide dinero en un semáforo con su hija de ocho meses en brazos, Elvin Aguilar, de 32 años, dijo que espera que el nuevo gobierno le proporcione «trabajo y todo lo demás».
«Xiomara, ella puede hacer que las cosas cambien en el país», dijo el tramitador Luis Andino.
Los hondureños también elegirán a los 128 miembros del Congreso Nacional y 20 representantes del parlamento centroamericano.
Karen Amador, de 22 años, vendedora de comida, dijo que no votará porque «ninguno de ellos tiene nada que ofrecer a Honduras».
Con Información de AFP
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