Monagas es uno de los estados que junto a Sucre, Anzoátegui, Delta Amacuro y Nueva Esparta conforman el oriente venezolano. En sus más de 28 mil kilómetros cuadrados posee una biodiversidad y sitios de belleza que no se consigue en otra parte del mundo.
El municipio Piar, situado al norte de la entidad, es sin duda, un territorio privilegiado y bendecido por la mano de Dios.
A lo largo de la geografía de esta porción de tierra monaguense, se encuentran diferentes balnearios, cascadas y ríos que dejan sin aliento a sus visitantes. De aguas cristalinas y donde el cielo se refleja como si fuese un espejo, cada uno de estos atractivos tiene una historia que contar, pero también representan una fuente de vida para los humanos, la actividad animal y agrícola.
Cada gota de agua que baja por los afluentes nace la serranía del Turimiquire (salvo río Taguaya), y que une a los estados Sucre y Monagas, y donde la majestuosidad de sus montañas hace mención al nombre, que traducido al castellano significa «Trono de los Dioses».
El cerro del Turimiquire, como también se le conoce, tiene una extensión de 540 mil hectáreas y sus aguas alimentan un embalse de 1500 hectáreas el cual está represado por un tapón de represa que mide 113 metros de altura que en definitiva contiene el 80 % del agua que posteriormente consumen los habitantes de la región nororiental.
En sus montañas nacen los ríos Manzanares, Colorado, Guayabo, Neverí y Guarapiche; este último atraviesa gran parte de Monagas y del cual se desprenden varios caudales que bañan al municipio Piar.
Guanaguana, Río Chiquito, Alto de Los Pérez, Aparicio y su Crucero, Buena Vista y Aragua son comunidades donde de alguna forma el Turimiquire ha dejado una huella imborrable y que hoy día constituyen una alternativa turística para propios y visitantes.
Río Abajo, en Guanaguana; es el balneario por excelencia del poblado. Visitarlo en Carnaval, Semana Santa o temporada de vacaciones es una parada fija para quienes habitan en la zona. Sus frías aguas producto de la cercanía con las montañas lo hace el lugar ideal para los amantes de las bajas temperaturas.
Una pequeña cascada que rompe entre dos piedras y cae a una posa poca profunda resalta entre el verdor del lugar, los grandes árboles brindan la sombra necesaria para pasar un rato ameno disfrutando del típico sancocho y juegos de mesa.
En el Alto de los Pérez, donde viven aproximadamente poco más de mil familias, existen dos tesoros escondidos entre las montañas. El Salto Las Cortinas y el Salto Los Espejos, forman parte de una cadena de ríos pocos explorados en la zona y que en la actualidad han sido exhibidos al mundo.
Llegar es un poco difícil, el terreno así lo describe y se necesita ser amante del turismo extremo. Para acceder se debe solicitar un permiso especial en el ayuntamiento piareño, con el cual se garantiza que los visitantes cumplan con las recomendaciones dadas que buscan preservar su pureza, virginidad y majestuosidad.
En el Salto Las Cortinas el agua se desliza sin ningún tipo de prisa, dándose su tiempo y bajando a su ritmo para disfrutar de la textura de las piedras calizas que se han formado producto de la misma acción del líquido que cae formando una tela suave de agua que adorna el paisaje.
El Salto Los Espejos es justamente eso, un espejo de agua donde el cielo y la naturaleza se reflejan, permitiendo un efecto único. Adicional a la poza principal existen otras en menor tamaño y en la cual los colores blanco y azul aguamarina resaltan en cada piscina natural.
Para muchos visitantes el Salto de Los Mangos es el más imponente de todos. Su nombre se debe a la cantidad de árboles que rodean la cascada de unos 10 metros de altos de caída libre hasta llegar a una gran poza de unos 20 metros de diámetro y gran profundidad. Llegar es fácil, caminando o en carro se disfruta del paisaje que poco a poco va introduciendo al visitante a la montaña.
Este balneario cuenta además lugares para el compartir y pasarla bien. Antes de la caída libre del agua, posee especie de un jacuzzi natural donde se represa el agua y que muchos visitantes usan como hidromasaje. Cuenta además con un tobogán natural ideal para zambullirse en gran piscina natural.
La joya del municipio Piar es el balneario Salto de Aparicio. Esta caída de agua de más de 10 metros de altura debe su nombre a la comunidad donde está anclado: Aparicio. Su fácil acceso lo convierte en el más visitado del municipio, y el lugar ideal para pasar un rato ameno entre familiares, amigos y conocidos.
Sus cálidas aguas y las rocas apiladas una al lado de la otra de manera casi perfecta lo hacen el lugar perfecto donde muchos practican de forma rudimentaria, los clavados; convirtiéndolo así en el atractivo turístico ideal a orilla de carretera.
En el sector La Cimarronera, a una distancia prudencial de la avenida principal del sector que lleva el mismo nombre, está el Salto La Toma, una pequeña represa formada por gigantescas rocas, y que en su momento sirvió como principal abastecedor de agua a los habitantes de Aragua de Maturín.
La naturaleza hizo su trabajo y durante miles, quizás millones de años, esculpió una piscina natural de unos ocho metros de ancho por 12 de largo. La tupida vegetación del lugar lo convierten es el espacio ideal para una escapada romántica.
En la misma serranía de La Cimarronera, los visitantes pueden encontrar a casi dos horas de senderismo el Salto Sanvelegomon. Su nombre, un poco curioso y «diferente», es la combinación de la primera sílaba de los apellidos de sus descubridores (Sánchez, Velásquez, Leonett, Gómez y Monforte).
El paisaje montañoso desde el cual, en varios puntos se puede apreciar el poblado de Aragua de Maturín; se rompe con la belleza esta maravillosa cascada que invita a visitarla. Su pureza se mantiene virgen y es un tesoro del cual los habitantes de la capital piareña se siete orgullosos.
El Salto La Laja situado en la población de Taguaya no forma parte de los afluentes que originalmente nacen del Turimiquire. Su nombre se debe a las rocas de laja que lo bordean y su afluente es el que da el nombre a l comunidad: río Taguaya.
La Laja es muy visitado por propios y foráneos. La piscina natural donde los rayos del sol impactan de forma directa es el lugar idóneo para un buen bronceado.
Si algo tienen en común estos balnearios es su lecho rocoso, piedras apiladas una sobre la otra casi de manera perfecta impregna de curiosidad por saber cómo fueron colocadas allí.
Esta estructura geológica es la misma que existe en la serranía del Turimiquire y que se extiende a lo largo del municipio Piar, que sin duda alguna hace honor a su eslogan: un turismo que enamora.
Fotos: Cortesía @soydemonagas
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