Los habitantes de la ciudad de Maturín argumentan que el dinero no les alcanza para cubrir la canasta alimentaria, a lo que comen le pusieron el nombre de “dieta de sobrevivencia”, en la cual figuran la harina precocida, la mortadela, y pocas proteínas; las frutas constituyen un lujo.
La cesta básica llego a 471 dólares mensuales según estimaciones del Cendas (Centro de Documentación de los Trabajadores), la pregunta después del monto de este mes es ¿en que se gastan las personas su presupuesto?, ¿que está comiendo el núcleo de personas que integran una familia?.
La crisis económica, inflación, desabastecimiento, los efectos de la pandemia y la guerra de Rusia con Ucrania, se refleja en la dieta diaria de los venezolanos.
Según el testimonio de los maturineses, afirman que no comen tres veces al día y los que tienen acceso a «las tres papas» experimentan un deterioro en la calidad de su dieta en cuanto al consumo de proteínas.
Los alimentos que más consumen los maturineses, son harina de maíz precocida, arroz, pasta, pan, grasas como margarina y mayonesa; mientras que en el caso de proteínas de origen animal, los sectores con menos ingresos, consumen mortadela, salchicha y productos con alto contenido de grasas.
Entre la población que se ve más afectada ante una mala alimentación se encuentran las embarazadas, que expuestas a la escasez de alimento, al igual que niños y adultos mayores, son un caldo de cultivo para las enfermedades crónicas, lo cual tiene severas repercusiones en el futuro.
En el caso de las embarazadas no solo se compromete la salud de la madre, sino la del bebé, en los niños, puede afectar su desarrollo cognitivo, su peso y talla, a los adultos mayores, el deterioro de su calidad de vida y en la población general, la mala calidad de la alimentación tiene una incidencia directa en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, desnutrición e hígado graso no alcohólico, entre otras patologías.
La dieta de la mayoría de los maturineses consta principalmente de los denominados alimentos rendidores que calman el apetito y son ricos en calorías, dejando de un lado las frutas, vegetales y proteínas de origen animal y vegetal, lo que representa una alimentación deficiente y compromete su salud.
Josefina Duarte, ama de casa, comentó «somos cinco personas, dos adultos y tres niños, se come arepa de maíz, arroz, margarina, pastas, salchichas, mortadela, caraotas, huevos y alguna veces carnes de res y sardinas, hacemos lo posible hasta donde alcance el dinerito ya que hay dos sueldos mínimos para todo.
Por su parte, la señora Victoria Meléndez, expresó «en mi casa estamos haciendo, una dieta de sobrevivencia, solamente se hacen dos comidas al día cuando se puede y somos cincos personas, se come arepas, pastas, huevos, granos, mortadela, pero los precios de los alimentos suben cada semana y no hay forma que bajen y los aumentos no alcanzan, me llega una bolsa de comida cada 2 meses del programa de alimentos del gobierno y eso no es suficiente, siempre le pido a mi Dios que nos ilumine para hacer lo mejor que se pueda.
Otra ama de casa, Mariela Pérez, detalló el menú que sirve en su casa, «en nuestro hogar se come arroz, pasta, harina precocidad, granos, a veces carne de res, pescado, somos cuatro niños y dos adultos, no se come como antes, un poco más variado con ensaladas y algo de fruta ya eso es un lujo por los costoso que esta todo, y menos cantidad, el dinero no alcanza ni siquiera para una quincena, tengo que ingeniarme para medio alimentar a los míos. Es muy duro para todos e incluso para mis vecinos, todo está más caro y realmente los sueldos no alcanzan, ni siquiera para medio comer.
Con redacción de José Alfonzo/Pasante
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