Tras conocerse la presencia de la palometa peluda (Hylesia metabus) en el municipio Bolívar, habitantes de las parroquias Las Cocuizas y La Pica manifestaron su preocupación ante la inminente llegada de la plaga a la capital monaguense y por ende a estos sectores de la localidad.
Las cercanía a las riberas del río Guarapiche, Laguna Grande y por la densa vegetación de mangles que tiene la zona, el insecto podría afectar a dos de las parroquias más extensas de Maturín.
En el año 2011 fueron suspendidas las clases en varios municipios por el brote de la palometa peluda y su afección en las personas, con fuertes rosetas y «piquiña» comentaron.
María García habitante del sector La Línea contó que en días pasados comenzaron a verse insectos muy parecidos a las palometas, por lo que se vio obligada a mantener su casa a oscuras por temor a que se trate de este animal.
Isora Figuera vecina de Los Cortijos hizo un llamado las autoridades sanitarias a la realización de jornadas de fumigación con químicos jabonosos en las áreas de vegetación para evitar la proliferación de la palometa.
Vale recordar que el tema de la palometa en Monagas ha generado preocupación tanto en diversas comunidades como en autoridades sanitarias. En años anteriores fue controlada la plaga con fumigaciones constantes y controladores biológicos creado por expertos en la materia.
Este insecto expulsa una especie de zetas urticantes que genera afecciones en la piel, ojos y glotis.
Las personas experimentan una fuerte urticaria «picazón» y al rascarse la zeta se introduce más en la piel, generando complicaciones severas.
Vecinos comentaron que en 2011 un alivio a esta piquiña fue la utilización de un desodorante de bolitas; se presume que por el movimiento de ésta la zeta es extraída de la piel, y el líquido desodorante calma la sensación de piquiña.
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