La falta de agua en el cuarto y quinto piso del Hospital Central de Maturín sigue siendo el problema que afecta a quienes tienen a algún familiar recluido. La escasez de este importante suministro ha hecho que muchos tengan que llevar agua de sus casas en botellas plásticas.
Tal es el caso de José Javier Figueroa quien tiene 29 días hospitalizado esperando por una placa de fémur, pero a raíz de la paralización del servicio de Rayos X para su reinauguración, no ha podido realizarla. Cuenta que su familia debe traer pimpinas o botellas usadas de refresco para tener agua y así poder asearse.
Afirma que para poder operarlo debe necesariamente presentar la referida radiografía y solo operan a quien la lleva de algún centro privado.
«Aquí pasamos el día sin agua, en las noches es que llega y uno carga lo que necesite, pero también tenemos otro problema que no hay luz en los cuartos. Lo que hacemos es traer de nuestras casas y almacenamos para tener nuestra reserva y que así el paciente pueda asearse», contó Betzibé Ramírez.
Ante la falta de luminarias dentro de las habitaciones, los familiares deben alumbrar con las linternas de los teléfonos, por lo que hicieron un llamado a las autoridades de solventar este problema.