Para el doctor Víctor Dávila, coordinador del Núcleo de la Universidad Experimental Rómulo Gallegos, con sede en Maturín «no existe la enfermedad, sino el enfermo», por ello se preocupan porque los alumnos a los cuales les imparten clases en medicina, enfermería y fisioterapia respondan a una formación en donde lo importante es la gente, las necesidades que en materia de salud deben tomar en cuenta los nuevos profesionales de la salud.
Dávila, dice que a pesar que la Universidad casi nace en pandemia, en una situación difícil para la ciudadanía en general y para el sector médico que debía enfrentarse a la búsqueda de protocolos que le orientarán a combatir una epidemia cuyas consecuencias ni los mismos médicos conocían la Universidad, ha crecido y la demanda aumentado de una manera vertiginosa, de 400 alumnos han pasado a una matrícula de cuatro mil y en los momentos tan necesarios para cubrir déficit que en oportunidades han sido cubiertos con proyectos de afuera como el caso de la fisiatría, que en un momento junto con la especialidad de anestesiólogos movió hacia el país a una cohorte bien importante como la cubana, que afortunadamente cumplieron su papel en el momento que se les necesito pero ya no dependemos de ella porque están ingresando nuevos muchachos formados con mucha calidad en nuestro propio estado.
El doctor Dávila reconoce que la sede de Las Cocuizas se ha hecho pequeña para una matrícula tan alta, pero anuncia que para el mes de enero ya contarán con la nueva sede en la avenida Juncal y es posible que logren mediante un proyecto que presentarán al Gobernador que se mantengan activas las dos sedes, la de Las Cocuizas y la de la Juncal, para que puedan venir creciendo la apertura para áreas de la salud tan necesarias como la enfermería y la de fisioterapia. «Creo que este proyecto va a ser aceptado por el Gobernador y tendremos disponibles las dos sedes».
Con respecto a la formación felicitó al equipo de profesores de alta calidad que imparten clases en la Universidad y dijo que la filosofía està destinada a que al final puedan egresar esos doctores que entiendan a las comunidades, que orienten todo su trabajo e investigación hacia las necesidades de la gente, dijo «si no entendemos que nuestro punto de partida sale del conocimiento sobre las necesidades de nuestras comunidades no estaremos haciendo nada, este ejercicio educativo es profundamente humano y va hacia la orientación del médico cercano y con capacidad de servicio»
Ernestina Herrera
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