Después de dos días y sin explicación alguna, este miércoles 7 de julio se retomó la jornada de vacunación en el punto fijo ubicado en el complejo Polideportivo de Maturín.
La actividad comenzó pasada las 10:30 de la mañana y sólo con dos vacunadoras para atender a más de 400 personas que iban por la primera y otras por la segunda dosis contra el covid-19.
La vacunación se realizó a paso de tortuga, así lo calificaron los maturineses que esperaban a las afueras del Gimnasio cubierto Gilberto Roque Morales desde las 4:00 de la madrugada, agarrando agua por las constantes lloviznas.
El lunes por tratarse de fiesta nacional no hubo vacunación y el martes 6 de julio la información que manejaban los funcionarios policiales era “suspendida la actividad hasta nuevo aviso”.
Sin perder la fe, el señor Luis Azócar hizo su tercer intento, caminó desde su casa al Polideportivo para la primera dosis y comentó “hay que tener mucha paciencia y a esta edad, 72 años, esperar no cuesta mucho, solo molesta hacerlo en las condiciones que corremos hasta de contagiarnos y sin saberlo”.
Explicó que las interminables filas fueron organizadas en las gradas de la pista de atletismo, “luego de varias horas y cuando se acuerdan, los policías nos buscaban y hacían pasar a la cancha”.
Estando dentro, detalló Azócar que, realizan tres colas, una para las personas con discapacidad, otras para adultos mayores y jóvenes que en su mayoría corren el riesgo de quedar rezagados.
“Se hizo una eternidad el proceso. Sólo hay dos muchachas vacunando y no abasto para tanta gente”, detalló.
Agregó que quienes acuden al punto fijo deben de llevar comida, agua y ropa cómoda y la protección para sol y lluvia y un banquito para esperar.
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