Los países latinoamericanos tuvieron que endeudarse para enfrentar la emergencia sanitaria y económica, recibieron menos ingresos producto de la crisis y, por lo tanto, aumentaron su déficit fiscal, plantea la economista Mónica de Bolle.
La investigadora argumenta que en muchos países de la región se privilegió rescatar la economía antes que salvar vidas.
¿Podrían haberse evitado tantas muertes durante la pandemia? Sí, se contesta con énfasis la doctora en Economía de la London School of Economics, quien hizo un giro poco habitual en su trabajo durante la pandemia, decidió expandir sus investigaciones al campo de la Salud Pública, especializándose en estudios en inmunología, genética y bioquímica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
La respuesta frente a la pandemia en la región «fue un desastre«, dice; aunque también rescata los aspectos positivos de algunas de las políticas económicas que se han implementado.
La experta analiza las diferencias entre los paquetes de estímulo entregados en América Latina para enfrentar la pandemia de covid-19, en relación a las ayudas fiscales implementadas en países desarrollados.
Aunque las políticas económicas varían mucho de un país a otro, ¿qué elementos comunes han existido en la respuesta de los gobiernos latinoamericanos frente a la pandemia?
Ha existido una medida en común, a pesar de que cada país hizo su propia versión. Se trata de los programas de transferencias de dinero que se entregan directamente a las personas.
La economista de Bolle dice que el manejo de la pandemia y sus consecuencias económicas fue «un desastre» en la mayor parte de la región. En algunos países se extendieron por más tiempo o se entregaron más recursos, pero las transferencias fueron un factor crucial. No solo como una política económica, sino también como una política de Salud Pública. Cuando hay muchas personas que trabajan de una manera informal son necesarias medidas como esas. En otros países donde la informalidad es más baja, el escenario no es el mismo. Una de las medidas fue pagar parte de los salarios de los trabajadores para que las empresas no tuvieran que despedir a las personas.
La principal diferencia al comparar los países latinoamericanos y los europeos, dice la académica, es que los países desarrollados apoyaron más a las pequeñas empresas.
El problema es que una medida como esa aplicada en Latinoamérica no es realmente eficiente porque una gran parte de la población trabaja en el sector informal. Entonces lo que realmente se necesita son estas transferencias de dinero del gobierno a la gente
Para de Bolle, en Brasil el programa de entrega de dinero que se extendió desde abril hasta diciembre del año pasado, fue bastante generoso, pues llegó a cerca de 70 millones de personas y logró sostener parcialmente la economía.
Según mis cálculos, la caída del PIB en 2020 habría sido al menos 6%, peor de lo que finalmente fue, asevera.
En la región las experiencias son mixtas, es difícil compararlas, pero esta medida fue la más eficiente para apoyar la salud y la economía, agrega.
Aquí hay dos cosas: sí ayudaron a las personas más vulnerables, a las personas que trabajan en el sector informal, pero en el caso de las pequeñas empresas, muchos países, incluyendo Brasil, no aplicaron programas para ayudarlas.
La experta asegura que la entrega de dinero directamente a los más afectados ha funcionado en América Latina por los altos niveles de informalidad laboral.En general, los pequeños negocios no recibieron ayuda. Por eso hemos visto bancarrotas. Esto es algo que ha afectado a las economías, al sector de servicios, que es donde hay más pequeños negocios. De verdad que hubo muy poco apoyo para ellos en la región. Creo que eso fue un error porque esos negocios emplean a mucha gente y tienden a ser vulnerables. Desafortunadamente muchos de los despidos en Latinoamérica ocurrieron en pequeñas empresas.
Pese a negar la importancia de la pandemia, el gobierno de Bolsonaro entregó ayudas monetarias a los más vulnerables en 2020. Subieron sus niveles de aprobación. Políticamente funcionó muy bien para él. Lo que encuentro realmente desconcertante es que a pesar de que consiguió una ventaja política, le puso fin en diciembre y ha sido reacio a volver a hacerlo. Ahora están haciendo algo al respecto, pero es un programa pequeño. La pandemia está peor ahora de lo que estaba el año pasado, el país necesita desesperadamente un confinamiento y no lo está haciendo.
Políticamente hablando, no me parece que haya una estrategia. Y desde un punto de vista económico, tampoco parece haberla. Y si miramos el panorama general de la región, ¿se podrían haber evitado tantas muertes con una mejor respuesta sanitaria y económica? Creo que sí, que se podrían haber evitado, porque si los países hubieran implementado estrategias más focalizadas, las cosas serían diferentes.
Focalizadas en dos cosas: las transferencias de dinero para personas vulnerables y para pequeños negocios, y haber tomado las medidas sanitarias a tiempo para enfrentar la pandemia.
La entrega directa de dinero a personas vulnerables y a pequeños negocios, además de haber tomado las medidas sanitarias a tiempo para enfrentar la pandemia, habrían sido una buena estrategia, comenta la analista. Esas dos cosas habrían sido muy buenas repuestas, habrían tenido un costo menor, habrían tenido un mayor impacto en el control de la pandemia. Habrían salvado más vidas y habrían ahorrado costos. Hubo mucho dinero gastado que se fue a ninguna parte.
Cuando miras la región, uno se pregunta, ¿qué están haciendo estos líderes políticos?
El nivel de aprobación de Bolsonaro ahora está comenzando a caer. Hubo elecciones en Ecuador y Perú, vienen elecciones en Chile y en general hay líderes que están en una posición debilitada.Las perspectivas no parecen buenas. El año pasado Latinoamérica tuvo uno de los peores desempeños en el mundo y en 2021 va a ser lo mismo. Es impresionante ver cómo muchos de los países no tomaron las medidas necesarias para contener la pandemia.
Si no fue necesariamente un problema de falta de recursos en las economías más grandes de la región, ¿por qué no hicieron lo correcto según su punto de vista?
No hicieron lo correcto porque no entendieron desde un inicio que la pandemia y la economía van inextricablemente juntas. No se puede separar el problema de salud del problema económico.
Todos estos países partieron de la idea de que tenían que proteger la economía, que era mejor evitar los confinamientos y se mantuvieron en esa línea por un largo tiempo, salvo algunas excepciones.
Lo segundo es que las medidas económicas deberían haber respondido a las necesidades. Esto no es cualquier crisis económica. Es una crisis económica provocada por un problema de salud pública. Por eso hay que conectar las dos cosas.
No sabemos por cuánto tiempo va a durar esta pandemia. Y después de esta tendremos otras pandemias. Lo que América Latina debería hacer es aprender de sus errores, especialmente del gran error de separar el tema de la salud del tema económico. Eso no se puede hacer durante una pandemia. Mientras las economías avanzadas desembolsaron más recursos como porcentaje del PIB, las ayudas fiscales en América Latina fueron menores y bastante similares a las de países emergentes en otras regiones del mundo. Los países tuvieron que endeudarse para enfrentar la emergencia sanitaria y económica, recibieron menos ingresos producto de la crisis y, por lo tanto, aumentaron su déficit fiscal, le dice a BBC Mundo Emilio Pineda, jefe de la División Fiscal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien ha trabajado en el análisis técnico de los paquetes de estímulo.
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