El sector agropecuario en general empezando por el agroalimentario desde la etapa de producción de insumos y la materia prima para el sector primario, transportistas y la agroindustria, tienen un reto importante para el año 2023.
Así lo señaló, el Ingeniero Agrónomo y especialista en finanzas, Julio Cesar Castillo, en entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL, indicó que el sector agrícola demanda aproximadamente cuatro mil millones de dólares para producir los alimentos, para lograr mantener sus maquinarias y equipos, sembrar y mantener las hectáreas bajo siembra que se puedan producir para exportar y para el consumo interno.
“En general el sector agroalimentario y el de producción primaria están en una etapa crítica, pero con un reto por delante muy grande de rescatar la producción y llegar a los niveles que años atrás logramos”.
Según castillo tenemos un histórico de rendimiento de superficies sembradas, de volumen en producción que debemos tomar como referencia para lograr esos niveles.
Un ejemplo de ello es el arroz, en el año 2008 tuvimos el récord de producción tanto en toneladas como en hectáreas sembradas que son dos parámetros importantes a considerar, “para ese año 2008 teníamos sembradas 263 mil hectáreas de arroz, hoy en día tenemos sembradas 179 mil hectáreas, eso equivale al 68 % de arroz sembrado, en tanto que en producción para ese mismo año 2008 se logró producir un millón 360 mil 650 toneladas.
En las cifras más recientes de 2019 tenemos 764 mil 631 toneladas, es decir que en producción es 56 %, han bajado los rendimientos por las limitaciones ya mencionadas, así como en arroz otros rubros como maíz, caña de azúcar y tomates entre otros ha habido una merma.
El especialista señaló que durante este año se ha visto un incremento en los rubros como el maíz, el frijol y el aguacate, y se pudo exportar cambur y plátano, entre otros, “eso nos inspira a pensar que el sector puede tener un rescate en sus niveles de producción, pero indudablemente que tenemos que trabajar mucho en incorporar áreas que antes se sembraban y hoy están abandonadas.
Para lograr esos niveles que teníamos se deben aplicar una serie de elementos que ayudarán a que esas perspectivas se cumplan y para superar esas limitaciones hace falta un recurso vital que es la inversión, el dinero.
La banca estuvo obligada por 42 años hasta el 2019, por leyes que regulaban el financiamiento al sector, el 25 % de la cartera de créditos total se destinaba al sector agrícola, hoy en día desapareció esa obligación y está muy direccionada a rubros específicos como maíz y arroz, pero en cantidades ínfimas.
Según explicó el también especialista en finanzas, hoy la cartera de créditos de la banca en general es de 600 millones de dólares y la agrícola en particular, lo que han dedicado a ella, es de $110 millones, es decir 18 %, “pero un 18 % de una masa monetaria muy disminuida la cartera de crédito ya de por si es muy pequeña, y si a eso le aplicamos una pequeña porción de 18 % quedamos muy reducidos”.
La situación en el campo está muy difícil, hay que buscar alternativas que puedan suplir esto sin dejar por fuera a la banca que durante 42 años estuvo trabajando en esa actividad, es decir que la banca tiene acumulada una experiencia invalorable, de manera que puede rescatar a sus productores a sus equipos técnicos y dar ese apoyo al sector, “porque con recursos el sector puede recuperar por lo menos los niveles de producción y de áreas bajo siembra”, señaló.
Castillo explicó que este domingo en día nuestra participación es muy pequeña en el mercado general de exportación donde apenas esto representa el 3 % del Producto interno bruto (PIB) algunos hablan de que el 5% del PIB lo constituiría la producción agrícola.
Indicó que “en materia de exportación, estamos bastante deficientes, ocupamos el puesto 131 de 191 países, en lo que se refiere a volumen que se aporta al PIB por concepto de exportación, es decir muy a la cola en el mercado de exportación con apenas 3 mil millones de euros que exportamos”.
El mercado de exportaciones exige 5C, que son calidad, cantidad, continuidad, competitividad y ciclos eficientes para garantizar una frecuencia productiva y “en ese sentido estamos muy lejos de poder cumplir con esas 5C por las muchas limitaciones que impiden lograr esos niveles”.
Señaló que hoy en día estamos exportando cacao, café, ganado, aguacates, frijoles, camarones y ajonjolí, entre otros.
El ingeniero Castillo considera necesario crear un marco legal, políticas públicas que con rigidez permita a todos los involucrados en la producción, poder comercializar y procesar toda esa materia viva que se traduce en alimentos y que puedan llegar al mercado.
El especialista prevé que en el 2023 debe haber una mejoría en el sector agrícola, aunque poco significativa, “eso se logrará uniendo las voluntades de los productores y todos los actores que están involucrados en la actividad agrícola, con mayores ofertas de maquinarias y equipos nuevos y repotenciados, con un mercado que se abre un poco más”.
“Podemos hacerlo con voluntad de todos los actores, vivimos por los alimentos que consumimos por eso en aras de la humanidad vale la pena el esfuerzo de producir alimentos para nuestro pueblo.
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