Hasta el mediodía de este viernes 16 de septiembre no se tenía el resultado final de las investigaciones sobre el incendio de las residencias familiares en la calle Mariño del centro de Maturín. Los 9 afectados no han recibido ayuda por parte del Gobierno local y regional, por lo que debieron pasar una larga noche en casa de algún amigo o pariente.
«Lo perdimos todo», exclamaron con impotencia Mary Martínez, quien llevaba 15 años alquilando una habitación en el edificio y José Nolasco, un zapatero de oficio.
«Nosotros estamos esperando que desde la Gobernación nos ayuden; nos den una respuesta. No queremos un castillo o edificio, solo una solución. Nos quedamos fue con la ropita que todos cargábamos puesta porque no hubo chance de sacar nada», narró angustiado Nolasco quien ahora debe reponer los calzados de sus clientes que tenía guardado en su habitación.
«No sé qué voy hacer ahora. Son zapatos muy costosos, entre ellos unos que superan los 100 dólares. Les hago trabajo a doctores, abogados y todo aquellos que requieren de mi servicio, pero toda esa mercancía se consumió en el candelero», agregó el trabajador al recordar que cuando regresaba de comprar café y azúcar observó desde lejos la columna de humo «dejé todo tirado para ver qué sucedía».
Nolasco relató del mismo modo que «en mi desespero por recuperar algo, me metí y rompí puertas. Corría como loco desde la antigua Curia con tobitos de agua para apagar el fuego. Pero fue imposible sacar algo».
«No tenemos la culpa de lo que pasó, pero somos los afectados y necesitamos ayuda para reponernos. Acá todos trabajamos y es lo que sabemos hacer», agregó.
Al respecto, Martínez dijo que «queremos solución. Que nos ayuden. Aquí no se pudo salvar nada, las pérdidas fueron casi en su totalidad. Esta edificación también es muy antigua y por el material que fue construida se propagó rápido el fuego».
Ahondado sobre cuál sería la causa del siniestro, el equipo de El Periódico de Monagas consultó la opinión de los afectados, quienes aseguraron que no se trató de la explosión de un cilindro de gas.
«Yo vi cuando sacaron los cilindros para evitar que explotaran. Tampoco fue un compresor de aire acondicionado que explotó», refirió Martínez.
Al parecer, según la información que han aportado los investigadores del caso, se podría tratar de un corto circuito por las constantes fallas eléctricas que se han registrado en el centro de Maturín.
«Lo que asomaron sería un corto, pero no hay nada concreto», agregó la afectada.
La tarde de este jueves se registró el voraz incendio en las residencias familiares ubicada en el sector Las Palmeras.
El Cuerpo de Bomberos de Monagas, a través de su director Rafael Medina, informó que cuatro de 7 habitaciones sufrieron pérdidas totales, al igual que el área de cocina.
Luego de una intensa jornada los funcionarios de rescate lograron sofocar las llamas. En el siniestro un loro falleció asfixiado, según el parte oficial.
Poco antes de producirse las llamaradas, testigos cuentan haber oído una explosión. De momento, los expertos siguen investigando.
Fotos: Carlos Rondón