Este 21 de abril, la Ruta de la Esperanza cumple un año trasladando pacientes renales por todo el territorio monaguense, abarcando los cuatros puntos cardinales y un poco más allá.
La Ruta de la Esperanza es uno de los programas que a través de TransMonagas, atiende a unos 260 pacientes con necesidad de hemodiálisis. Ellos habitan en 7 de los 13 municipios que conforman al estado Monagas y deben practicarse la terapia interdiaria en los diferentes centros de atención que existen sólo en la ciudad de Maturín, capital de la entidad.
«Más recientemente se unieron a la atención, pacientes del estado Sucre y Anzoátegui» detalló Edgar Díaz coordinador de la Ruta de la Esperanza de TransMonagas.
Este programa cuenta con 11 unidades tipo Youtong, que recorren los municipios Caripe, Acosta, Piar, Ezequiel Zamora, Aguasay, Santa Bárbara y Maturín, diariamente y desde las 4:00 de la madrugada.
Recorrer el estado Monagas de un municipio a otro, no es cuestión de un «tris». Exige algo de tiempo y cuidados que han sido considerados por este equipo de hombres y mujeres que diariamente ofrecen el servicio desde el hogar del paciente hasta a la clínica dónde se atiende a fin de eliminar toda esa toxicidad que en estos casos hace el cuerpo humano.
Bajo esta premisa y por la experiencia vivida, Edgar Díaz, al ser paciente trasplantado de riñón y ex paciente renal, que debió practicarse hemodiálisis por 4 años de su vida, coordina este programa. Y lo hace desde la humildad, la vivencia y la empatía.
«Definitivamente desde el coordinador, hasta cada uno de los choferes y colaboradores, actúan desde la necesidad de ser bien tratados», dice una de las acompañantes de uno de los pacientes que día a día viaja desde Caripe, a las 4:00 de la madrugada, y que afirma ser testigo de la calidad humana que identifica a la Ruta de la Esperanza.
«Primero que nada se trata de un ser humano que siente y que en este caso, por distintas causas, padece una enfermedad renal, que le impide lograr un funcionamiento óptimo de su organismo y que exige un proceso de desintoxicación diario a través de una máquina que llamamos riñón artificial» así lo define Edgar Díaz, coordinador de la Ruta de la Esperanza en Monagas, ex paciente renal que se practicó hemodiálisis por unos 4 años.
En Monagas se tienen 260 pacientes atendidos a través de la Ruta de la Esperanza y aparte de ser su medio de transporte, el quipo de este programa se ha convertido en sus padrinos y aliados de sus familiares, «muchas veces hacen donaciones de catéter de hemodiálisis, que son aparatos necesarios para la terapia de cada uno de ellos» explicó Díaz.
Esta es una enfermedad que no tiene un género especifico, no tiene sexo, simplemente es una enfermedad que ataca al cuerpo humano, «Gracias a Dios existe esta terapia que consiste en un riñón artificial, que sustituye la función renal limpiando la sangre de los diferentes tóxicos creados por el mismo organismo» dijo Díaz quien desde su experiencia recomienda una mejor calidad de vida, el consumo de al menos 2 litros de agua al día y en el mejor de los casos tomar agua de coco.
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