El constante flujo de migrantes venezolanos que buscan llegar a Estados Unidos se ve interrumpido por aquellos que, cansados de sufrir abusos y maltratos, deciden abandonar su travesía y regresar a sus países de origen.
A pesar de los esfuerzos de miles de migrantes que continúan su viaje en autobuses desde un albergue en el norte de Panamá, algunos individuos optan por volver atrás en busca de un refugio familiar y el fin de los continuos abusos a los que han sido sometidos.
El relato de Yorgenis José Hernández, un inmigrante venezolano de 30 años y padre de tres hijas, ilustra las razones detrás de la decisión de abandonar el viaje hacia Estados Unidos. Hernández relata haber sufrido maltratos y abusos en su intento por cruzar la frontera estadounidense por Texas, donde pasó 22 días detenido en inmigración.
“Uno ha pasado tantas cosas que busca llegar otra vez donde la familia (…) Lo que pido es que me den el salvoconducto para poder comprar mi boleto”, expresa Hernández.
La travesía hacia Estados Unidos implica caminar largas distancias y enfrentar múltiples dificultades. También Hernández recuerda cómo tuvo que caminar 60 km en repetidas ocasiones debido a los rechazos de las autoridades migratorias de diferentes países. Incluso viajó en los peligrosos trenes conocidos como “La Bestia” en México, soportando el frío y el hambre durante tres días y medio. Estas condiciones adversas hacen que algunos migrantes venezolanos decidan dar marcha atrás y buscar refugio en Sudamérica.
En el albergue temporal de Los Planes, gestionado por las autoridades panameñas, se encuentran migrantes venezolanos que desean continuar su camino hacia Estados Unidos o regresar a sus países de origen. Sin embargo, el maltrato y los abusos sufridos en su travesía han llevado a muchos a replantearse sus sueños y priorizar su seguridad y bienestar.
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