Luego de recibir una brutal golpiza que terminó con su vida, Wilmer Jaimes Colmenares, de 41 años de edad, fue lanzado desde el tercer piso de un edificio ubicado en la zona industrial de Villa El Salvador, en Perú.
Colmenares, quien era oriundo de la ciudad de Michelena, en el estado Táchira, compartía con un grupo de amigos desde hace dos días antes que ocurriera el hecho, según el diario La Nación.
“Ellos tenían dos días tomando, pero no sé, pareciera que le hubiesen echado algo en el trago, porque uno de ellos, fue a trabajar y llegó como hablando solo, actuando raro (…) aquí (Perú) hay mucha maldad, uno tiene que saber con quién anda, porque es otro país, la xenofobia a los venezolanos está muy marcado acá, Wilmer era ingeniero agroindustrial, y trabajaba cerca de la fábrica donde le pasó eso”, relató la prima hermana del venezolano, Karla Tapias.
La familiar continuó: “me dijeron que en la mañana mi primo hablaba incoherencias, veía a los muchachos donde trabajaba y supuestamente no los reconocía, él estaba ido, desorientado, a la señora que grabó el vídeo, le llegaron a preguntar qué pasó, ella dice que lo vio caminando normal, y tal vez se confundió, entró a ese piso y lo empezaron a empujar, y a dar golpes, pero como acá están con la xenofobia, lo agarraron entre todos, lo amarraron con papel envoplast, y lo lanzaron desde el tercer piso y cuando cayó le entraron a patadas”.
Tapias pidió a las autoridades peruanas que se investigue el caso y den con el paradero de los homicidas ya “que hasta el momento no han sido investigadas y mucho menos, detenidas”.
“Yo quiero poner esta denuncia, para que esto no siga ocurriendo, no se puede estar matando a personas inocentes, el sábado fue él, mañana puede ser otro simplemente por xenofobia, cuando se fue a la policía para saber qué información tenían, lo tenían hasta registrado con otro nombre, que era colombiano, y quieren hacer pasar el hecho como si mi primo estaba robando, porque ayer cuando los compañeros de él se fueron a preguntar qué sucedió, los policías se pusieron nerviosos, y no quieren entregar ni los vídeos de las cámaras de seguridad”, culminó.
Wilmer Jaimes Colmenares residía desde hace cuatro años en Perú y trabajaba delante del edificio donde fue arrojado por sus victimarios.
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