Lo que una madre nunca está preparada para sufrir, le tocó tocó a la progenitora de Santiago José Arca; presenciar el asesinato de su hijo cuando compartían la tarde del domingo en la calle principal de Guayabal, parroquia Boquerón, zona norte del municipio Maturín.
Familiares del joven contaron desde las afueras de la morgue que, el muchacho de 18 años estaba ingiriendo bebidas con familiares y vecinos al frente de su vivienda cuando otro joven, conocido por todos, se acercó hasta ellos y lo llamó para hablar, llevándoselo hasta una esquina del lugar.
Cerca del sitio se encontraba la madre del joven quien relató no pudo hacer nada para salvarle la vida a su muchacho. Ella no sólo escuchó los disparos, sino que también vio caer al suelo a Santiago y agonizar hasta morir con cinco impactos de bala.
Explicaron allegados de la víctima que cuando éste se acercó a la esquina lo esperaba su verdugo y sin mediar palabras detonó los disparos en su contra.
Deudos comentaron que Santiago formaba parte de un equipo de fútbol de la comunidad y en su tiempo libre trabajaba como ayudante de construcción con un tío.
Familiares de Santiago dicen que a él le habían jurado la muerte, junto a otro grupo de personas que mediaron entre una pelea marital para evitar que las cosas pasaran a mayores.
Cuando el sujeto agredía a su mujer, el grupo de vecinos, incluyendo a Santiago, se metieron para evitar más golpes y retiraron tanto a la dama como al agresor.
El individuo cegado por la ira grito a viva voz matar uno por uno de los que se metieron en ese problema.
No pasó 48 horas y el sujeto cumplió con su palabra, efectuándole los disparos al joven.
El caso fue notificado al Cicpc y ya se encuentran tras la pista del agresor y del resto de los sujetos que acompañaron al asesino lograr su cometido.
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