Sensibilizados por la actual pandemia de Covid-19, el mundo observó hace menos de un mes el brote en Europa de una enfermedad de la que pocos habían escuchado hablar: la viruela del mono. Notificada el 7 de mayo en Reino Unido con 7 casos, la viruela del mono es una enfermedad endémica en África Central y Occidental, y pocas veces había salido del continente.
Pero en menos de un mes, las infecciones se ampliaron a 650 casos en 30 países de varios continentes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Argentina, se confirmaron 2 casos. Pese a los cuidados y advertencias que los gobiernos hacen, los expertos infectólogos sostienen que esta enfermedad no es COVID ni se puede transformar en una pandemia. Por eso, Infobae elaboró 5 argumentos, sostenidos en la opinión de los expertos, para entender por qué no hay que alarmarse en extremo por esta enfermedad rara.
La oleada actual de casos de viruela del mono en unos treinta países, por fuera de las zonas endémicas, sugiere que la transmisión del virus pasó bajo los radares por algún tiempo, anunció la Organización Mundial de la Salud en una conferencia de prensa el miércoles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró está que actualmente no teme que la propagación del virus de la viruela del mono más allá de los países africanos pueda provocar una pandemia mundial. Consultada en una conferencia de prensa sobre la posibilidad de tal pandemia, la principal experta en viruela del mono de la OMS, Rosamund Lewis, respondió: “Aún es posible detener esta pandemia antes de que se extienda”. La OMS dijo estar preocupada por esta “situación inusual”, pero reiteró que no hay motivo de pánico.
“La viruela del mono está relacionada con la viruela humana, que mataba a millones de personas en el mundo cada año antes de ser erradicada en 1980. Pero la viruela del mono es mucho menos grave y la mayoría de las personas contagiadas se recuperan en tres o cuatro semanas. Los primeros síntomas incluyen una fuerte fiebre, ganglios linfáticos inflamados y una erupción similar a la varicela”, sostuvo la OMS esta semana.
“La situación está evolucionando de tal modo que la OMS cree que habrá más casos de viruela de mono que se identifiquen a medida que la vigilancia se extiende en países que no son endémicos”, señaló la organización en una nota epidemiológica.
La viruela del mono es una zoonosis (virus transmitido a los humanos por animales) y sus síntomas son similares a los que se veían en el pasado entre los pacientes con viruela, aunque con menos severidad. Su transmisión tiene lugar a través de un contacto con heridas, fluidos corporales, gotículas y material contaminado, como ropa de cama, y su periodo de incubación suele ser de seis a trece días, aunque puede ir hasta los 21 días.
La inmunidad frente a esta enfermedad es muy escasa entre la población joven en vista de que la población por debajo de los 40 o 50 años no ha recibido la vacuna contra la viruela y el virus no ha estado presente en países no endémicos. Los países endémicos son: Benín, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Gabón, Ghana (aquí solo se la ha identificado entre animales), Costa de Marfil, Liberia, Nigeria, República del Congo (Brazaville), Sierra Leona y Sudán del Sur. El riesgo de contagio de la viruela del mono es “muy bajo” en la población en general y puede detenerse en los países donde la enfermedad no es endémica, dijeron las autoridades sanitarias del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
“Queremos detener la transmisión de persona a persona. Podemos hacerlo en los países no endémicos. Es una situación que se puede controlar”, declaró Maria Van Kerkhove, encargada de la lucha contra el COVID-19 en la OMS, pero también de las enfermedades emergentes y zoonosis.”Estamos en una situación en la que podemos recurrir a las herramientas de salud pública de detección temprana y aislamiento supervisado de casos. Podemos frenar la transmisión entre humanos”, explicó.
“Realmente no tenemos estimaciones de niveles de contagio o R-cero para el clado de África Occidental. La mayoría de nuestras estimaciones provienen de la cuenca del Congo. Y la mayoría de esas estimaciones son inferiores a 1. Pero les recordaré que puede tener un R-nada inferior a uno y el agente aún puede transmitirse de persona a persona”, explicó la doctora Andrea McCollum, líder del equipo de epidemiología del virus de la viruela en la división de patógenos y patologías de alto impacto de los CDC de Estados Unidos.
Desde que comenzaron los últimos brotes, los investigadores han secuenciado genomas virales recolectados de personas con viruela del simio en países como Bélgica, Francia, Alemania, Portugal y Estados Unidos. La información más importante que han obtenido hasta ahora es que cada una de las secuencias se parece mucho a la de una cepa de viruela del mono que se encuentra en África occidental. La cepa es menos letal (tiene una tasa de mortalidad inferior al 1 % en las poblaciones rurales pobres) que otra que se ha detectado en África central y tiene una tasa de mortalidad de hasta el 10 %.
También han surgido pistas sobre cómo podría haber comenzado el brote. Aunque los investigadores necesitan más datos para confirmar sus sospechas, las secuencias que han evaluado hasta ahora son casi idénticas, lo que sugiere que los brotes recientes fuera de África podrían estar relacionados con un solo caso con una investigación epidemiológica exhaustiva.
Las secuencias actuales son muy similares a las de algunos casos de viruela del simio que surgieron fuera de África en 2018 y 2019 y que se vincularon con viajes a África occidental. La explicación más simple es que la persona que tuvo el primer caso no africano este año, que aún no ha sido identificado, se infectó a través del contacto con un animal o un ser humano portador del virus mientras visitaba una parte similar de África, dice Bernie Moss, un virólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en Bethesda, Maryland.
Según las investigaciones, los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad. Los reportes de la OMS revelan que entre el 3 y 6% de las personas contagiadas en donde la viruela del mono es endémica, han fallecido.
La secretaria de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación, Analía Rearte, afirmó: “La viruela del mono no tiene potencial pandémico”, y explicó que “el virus no es nuevo y que todos los años hay casos, pero en esta oportunidad se presta más atención porque se dio en varios países fuera del continente africano, como Estados Unidos, Australia, muchas naciones europeas y hasta Argentina”.
Y comparó: “En el caso del sarampión, la tasa de contagio es de 18. Esto significa que una persona con la enfermedad puede contagiar por lo menos a 18 personas. Y en el caso de la viruela del mono es muy bajo, de 1 o inferior a 1, lo que significa que una persona a lo sumo podrá transmitirle el virus a una persona más. Eso es lo que pasa en general y aparentemente no hay cambios en el virus. De todas formas, esto es muy dinámico y estamos evaluando a ver si hay algún tipo de comportamiento distinto”.
Incluso un virus con un número R de menos de 1 aún puede transmitirse entre personas. En resumen, se debate el número R de la viruela del simio, pero se cree que es mucho menor que el de COVID y, por lo tanto, menos fácil de propagar. “No es tan altamente transmisible como algo como la viruela, el sarampión o ciertamente no el COVID”, precisó a Anne Rimoin, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Universidad de California en Los Ángeles.
La OMS anunció que está elaborando nuevas orientaciones para los países sobre cómo mitigar la propagación de la viruela del mono, ante la preocupación de que los casos puedan aumentar en los meses de verano, dijo a Reuters uno de los principales asesores de la agencia de la ONU.
El supuesto del trabajo de la OMS, basada en los casos identificados hasta ahora, es que el brote está siendo impulsado por el contacto sexual, dijo David Heymann, presidente del Grupo Asesor Estratégico y Técnico de la OMS sobre Peligros Infecciosos con Potencial Pandémico y Epidémico. El catedrático de la Universidad de Zaragoza Juan José Badiola, experto en zoonosis emergentes, afirmó que la mayor parte de los casos, y los de mayor gravedad tienen lugar en África, y se dan en niños que cazan esos animales, fundamentalmente roedores infectados con el virus que, con el ánimo de jugar y de comérselos, los manipulan sin protección, y se contaminan.
Ángela Domínguez coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) defiende que los brotes localizados hay que seguirlos “con la máxima rigurosidad”, identificar los nexos de relación, y proteger a la población, “algo que ya están realizando satisfactoriamente los sistemas de vigilancia”.
La viruela del mono es una enfermedad que no es nueva, y que produce fiebre, dolor de cabeza, muscular, cansancio y erupciones en la piel que después se transforman en pústulas, en costras, hasta que se secan. El periodo de incubación suele ser de 6 a 16 días, pudiendo alcanzar los 21.
Las lesiones varían y afectan a las mucosas de la boca (70 % de casos según la OMS), los genitales (30 %), la conjuntiva palpebral (20 %), y la córnea; aunque también algunos pacientes tienen inflamados sus ganglios linfáticos de forma grave antes de la aparición del exantema, el signo característico de la viruela del mono. Puede ser una enfermedad autolimitada y sus síntomas durar entre las dos y las tres semanas.
En 2003 fue la primera vez que se detectó la enfermedad fuera del continente africano, con una serie de casos en Estados Unidos. La mayor parte de los pacientes tuvo un contacto estrecho con perros de la pradera domésticos que se habían infectado de roedores africanos importados al país. Al día de hoy no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la viruela del mono, pero la vacuna antivariólica cuenta con una eficacia del 85 % frente a la viruela del mono, remarca la OMS.
Con información de Infobae
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