El cáncer de cuello uterino, se origina en las células del cuello del útero. También se conoce como cáncer de cérvix o cervicouterino. El cuello uterino es la porción final, inferior y estrecha del útero (matriz) que conecta el útero con la vagina (canal del parto), se forma, por lo general, de manera lenta a lo largo del tiempo.
Antes de que este cáncer se forme, las células del cuello del útero sufren ciertos cambios conocidos como displasia y se convierten en células anormales. Con el tiempo, si las células anormales no se destruyen o se extraen, es posible que se vuelvan cancerosas, se multipliquen y se diseminen a partes más profundas del cuello uterino y a las áreas que lo rodean, asegura la doctora Luzmar Romero.
Romero es especialista en Ginecología y Obstetricia del estado Monagas, y además es médico tratante de patologías asociadas al Cáncer de Cuello Uterino.
La médico indica que el cuello uterino tiene dos partes principales:
El ectocérvix la parte más baja del cuello uterino que se observa durante un examen ginecológico y el endocérvix que es la parte interna del cuello uterino. El cáncer de cuello uterino en un estadio temprano generalmente no produce signos ni síntomas.
Romero indica que los signos y síntomas del cáncer de cuello uterino más avanzado incluyen mayormente «sangrado vaginal después de las relaciones sexuales, entre períodos o después de la menopausia, flujo vaginal acuoso y con sangre que puede ser abundante y tener un olor fétido, dolor pélvico o dolor durante las relaciones sexuales, los cuales deben ser atacados a tiempo para salvar la vida de la paciente”.
De igual forma, la especialista monaguense también manifestó que los factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino incluyen los siguientes:
“Tener muchas parejas sexuales, actividad sexual a edad temprana, tener otras infecciones de transmisión sexual, como la clamidia, la gonorrea, la sífilis y el VIH/sida lo que aumenta el riesgo de contraer el virus del papiloma humano, sistema inmunitario debilitado, el tabaquismo y la alta exposición a ciertos medicamentos”.
Por último la ginecólogo obstetra, Luzmar Romero asegura que el mejor método de prevención de esta enfermedad es la vacuna contra Virus de Papiloma Humano (VPH), además de la realización de la citología anual, tener una actividad sexual segura, limitar las parejas sexuales, y eliminar el tabaquismo.
La ginecóloga Romero indica que el Virus de Papiloma Humano (VPH es altamente infectante, de alta replicación, se adhiere al tejido epitelial, se transmite por contacto sexual, con un período de incubación de 3 semanas a 8 meses, solo el 10% de los infectados presenta signos y síntomas.
El estadio de las lesiones se clasifica según la porción del epitelio o células afectadas, desde la membrana basal, en sentido ascendente, hacia la superficie.
El NIC I (afectación del 1/3 inferior del epitelio). NIC II (afectación del tercio medio e inferior). NIC III (afectación de todo el epitelio, se conoce como cáncer in situ).
El diagnóstico de las lesiones se realiza en un primer momento mediante la citología cervical, cuando esta nos reporta la presencia de células morfológicamente alteradas, expresó Romero.
“En el caso que la citología estee alterada, se debe de realizar la colposcopia para evidenciar la lesión, ya que en etapas iniciales las lesiones NO son visibles al ojo por ciento, al evidenciar la lesión se debe de tomar muestra para biopsia, que es la que verifica y diagnostica verdaderamente el grado de la lesión y según esto es que se elige el tratamiento definitivo de la lesión (varía desde electrocauterización hasta Histerectomía)”.