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El director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, David Curto, señala que aspectos cognitivos como la desorientación, la alteración de la memoria, el déficit de atención, la alteración del lenguaje, las apraxias o las agnosias son los primeros síntomas de demencia en personas mayores.
Otro síntoma es la desorientación temporal, espacial y de personas; el déficit de atención y pérdida de habilidades sociales; la alteración de la memoria a corto y largo plazo y la dificultad para llevar a cabo actividades de memorización.
También lo son la alteración del lenguaje y los problemas de comunicación; así como las alteraciones conductuales, que pueden deberse a la propia demencia o por causas ligadas al dolor o al efecto de algunos fármacos.
Las apraxias o incapacidad para ejecutar tareas motoras intencionadas y aprendidas pese a la capacidad física y a la voluntad de hacerlo también es un síntoma de demencia; así como la agnosia (incapacidad de reconocer estímulos ya aprendidos).
Tal y como recuerda Curto, la demencia es una enfermedad de carácter crónico o progresivo que se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva, afectando a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.
Aunque comúnmente afecta a los mayores, puede darse en personas en cualquier franja de edad. Aunque esta forma parte de los principales factores de riesgo, también existen otros, como pueden ser los antecedentes familiares o la falta de ejercitación cerebral.
«Con la edad es común sufrir pérdidas de memoria, pero esto no significa que el envejecimiento vaya ligado a la demencia. Para que se pueda considerar como tal, deben manifestarse al menos dos problemas en las funciones neuronales como, por ejemplo, la pérdida de memoria y la dificultad de lenguaje», explica Curto.
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Asimismo, la demencia es un síndrome que suele aparecer y desarrollarse despacio, pasando por diferentes fases. «En la fase inicial existe un daño cognitivo leve. La memoria a corto plazo se deteriora, la capacidad de aprendizaje se vuelve complicada y comienzan las primeras dificultades con el lenguaje», recuerda.
En la fase intermedia, el deterioro cognitivo es moderado. La memoria a largo plazo comienza a fallar, aunque no la han perdido totalmente, ya no son capaces de aprender o recordar información nueva y aparecen dificultades para mantener su conocimiento del espacio.
Por último, el director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores señala que, en la fase más avanzada, «el deterioro cognitivo es irreversible».
«Los pacientes pierden la memoria a corto y largo plazo. En estas fase, donde la persona pasa a ser totalmente dependiente, es necesario que sea asistida por personal especializado, en centros adaptados si fuese posible», añade.
«No existe un remedio infalible para prevenir la demencia, pero hay medidas a adoptar que pueden llegar a ser de gran utilidad», según Curto.
«Realizar actividades de agilidad mental y tener una vida social activa son dos factores que pueden ser muy importantes para asegurar un envejecimiento digno. Asimismo, es importante controlar la presión arterial y el colesterol, y se recomienda seguir una dieta saludable con cantidad suficiente de vitamina D, así como prescindir del tabaco en la medida de lo posible», finaliza.
Con información de Infosalus
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