Ana Fuentes se siente cómoda en la Alcaldía de Maturín, aunque confiesa que su propósito era llegar a la Asamblea Nacional y lo logró, tal experiencia le permitió descubrir que los hilos de poder se encuentran en Caracas y van de manera piramidal, pero para quien ahora ejerce la delicada función de echar adelante una Alcaldía tan importante, tan grande como cualquier entidad regional, como Portuguesa o como Delta Amacuro.
¿Qué se sabe de la Alcaldesa de Maturín que no sea su juventud? Apenas con 31 años y su espigada figura, una estatura nada usual para una mujer, 1,80 de estatura, una herencia materna. Ana Fuentes nació en la población de Río Chico, estado Miranda, pero cuando tenía 3 meses de edad su familia se mudó para Punta de Mata, en Monagas. Una familia numerosa, siete hermanos, solo dos varones, un padre que aún conserva la ciudadanía chilena y el cual tuvo una influencia bastante grande sobre la actual alcaldesa, y una madre barloventeña que ella manifiesta le dio esos rasgos que traducen eso de que la genética no se puede ocultar.
Su padre exiliado político, era trabajador de las minas y llega a Venezuela como tantos chilenos después de la caída de Salvador Allende, todavía guarda ese apego a sus raíces y viaja continuamente a Chile, donde tiene sus hermanos. De aquel padre comenzó a escuchar en su casa las frases de «revolución», la ideología de izquierda que en aquel entonces se repetía de manera insistente en la niña y después en la adolescencia iba tomando forma, en la mujer de hoy, su padre ha sido decisivo en ese camino político que hoy tiene Ana Fuentes.
Para los que creen que Ana Fuentes es tímida, están equivocados, ella prefiere otra palabra que se ajusta totalmente a su personalidad: «reservada». Del signo Leo, es más fuerte de lo que pueda pensarse y se ha labrado un futuro político con sacrificio y con dos características que ella considera son necesarias en la vida, sobre todo para un político: constancia y disciplina, esto hace que se levante muy temprano y que, igualmente, se acueste temprano, quiere abarcar todo su trabajo y por eso todo lo ve, pero cree en su equipo y confiesa que tiene cinco asesores aunque se reserva su nombre, esos asesores trazan ese futuro que ella le quiere dar a la Alcaldía de Maturín.
Las hermanas de la alcaldesa y su familia son cristianas, eso imprimió ese carácter que después se fue desarrollando, el cristianismo la ayudó a la incorporación en actividades de carácter social y a la actividad comunitaria, algo se iba formando en la dirigente, en el Liceo de Punta de Mata no le llamó la atención el movimiento estudiantil, «los chamos me parecían muy locos», por eso es que ya encauzada a la política comenzó a militar en la Juventud Revolucionaria del Psuv, hubo una maestra de escuela que fue decisiva en la vida de Fuentes, la profesora Iluminata Sabatino y un joven chavista, Marlon Acuña, sociólogo, quien es todavía su amigo y con el cual comparte esta experiencia.
Las cosas eran difíciles para la joven una vez se mudo para Maturín a seguir estudios en la Universidad de Oriente en Ingeniería de Sistema, tenía que trabajar para costearse su estadía en la ciudad y por eso trabajo como vendedora en Dorsay.
Ya en política en la Juventud, un día vio en televisión a hablar un joven dirigente, Héctor Rodríguez, actual Gobernador de Miranda, y se dijo «quiero ser como él, y llegar a hablar con él», de allí en adelante Rodríguez se ha convertido en un modelo político para la joven Alcaldesa, estuvo en el Consejo Legislativo Regional pero donde se sintió mejor fue en la Asamblea Nacional, aceptó la presidencia de la Comisión de Ecosocialismo y sacó el mayor provecho a su presencia en el hemiciclo, contactos de personeros con poder, ya allí se iba preparando la futura Alcaldesa, en política siempre defendió los derechos de la juventud, y por eso se ganó el respeto, actualmente forma parte de la Dirección Nacional de la Juventud del Psuv y representa tres estados Monagas, Sucre y Delta Amacuro «mi posición política la mantengo y no renunció a ella porque me ha costado muchísimo».
Los cambios que Ana Fuentes quiere hacer en la Alcaldía no se limitan a la simple fachada, a esas lozas que se están levantando en la Plaza del Balancín, considera que hay que cambiar toda la estructura de funcionamiento de la Alcaldía y no le teme al hecho de que en cualquier momento se puedan tocar «intereses». Por eso hasta el momento redujo las comisiones, se trataba de un bloque de burocracia de 30 direcciones, en estos momentos la Alcaldía se encuentra en pleno proceso de estructuración y lo que más le preocupa es crear todo lo que permita la solución de los servicios públicos que le compete a la Alcaldía, y para ello se creará un Instituto Autónomo en materia de servicios públicos, para ello requieren del aporte que realicen los concejales, igualmente da mucha importancia a la materia tributaria, «partimos de cero, todo está por hacerse, la Alcaldía no puede ser solo un ente para dar, aunque entendemos nuestro rol en materia de atención social, pero es necesario que se cree una estructura funcional que se mantenga en el tiempo que perdure llegue quien llegue a la Alcaldía y sobre todo que funcione, en esto se basa mi gestión y a ella respondo, trabajo calladamente, la gente quizás ignore el inmenso esfuerzo que hacemos para modificar todo esto y darle incluso una orientación distinta a nuestros trabajadores».
Hoy por hoy Ana Fuentes sigue consustanciada con su responsabilidad política en la Juventud del Psuv, ha pasado el momento de la lectura o de escuchar a quienes constituyeron esa base ideológica a la cual responde y tiene una absoluta fe en lo que hará en la Alcaldía, como siempre pisa en la tierra, de forma real como siempre lo ha hecho y mantiene una formación permanente y constante.
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