La Unión Europea (UE) condenó este miércoles el asesinato de la veterana periodista palestino-estadounidense de Al-Jazeera Shireen Abu Akleh mientras trabajaba en la Cisjordania ocupada durante una redada del Ejercito israelí.
“La Unión Europea condena enérgicamente el asesinato de la periodista. Nuestras condolencias van dirigidas a su familia, amigos y colegas. Otro periodista, Ali Al Samoud, ha resultado herido”, indicó un portavoz del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
El portavoz vio “esencial” que “una investigación exhaustiva e independiente aclare cuanto antes todas las circunstancias de estos incidentes” y que “los responsables sean llevados ante la justicia”.
“Es inaceptable que se atente contra los periodistas mientras realizan su trabajo. Los periodistas que cubren situaciones de conflicto deben tener garantizada la seguridad y la protección en todo momento”, dijo sobre el asesinato de Akleh, que murió de un disparo en la cabeza.
El portavoz subrayó que la UE “se solidariza con los periodistas y seguirá apoyando su trabajo fundamental, en particular cuando cubren conflictos”.
Solo unos días después del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Unión Europea recordó “el papel crucial que desempeñan los periodistas, los trabajadores de los medios de comunicación y los medios libres e independientes”.
Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como la dirección de Al Yazira en Catar han responsabilizado a los soldados israelíes de la muerte de la conocida periodista, de 51 años, mientras que el Gobierno israelí acusa a palestinos armados de ser los autores del disparo mortal, aunque después el Ejército israelí ha matizado y dicho que aun no se puede determinar quién disparó a la reportera.
El Ministerio de Salud palestino y la Media Luna Roja confirmaron desde primera hora de la mañana la muerte de Akleh y apuntaron como causa a disparos de las fuerzas de seguridad israelíes, que también habrían herido en la espalda a otro periodista, Ali Samudi, quien trabaja para el medio palestino Al Quds y cuya condición es estable.
Tanto Akleh, que trabajaba para Al Yazira desde comienzos de la Segunda Intifada, como Samudi iban debidamente identificados como prensa y protegidos con chalecos y casco.
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