El corresponsal de Al Jazeera no pudo contener las lágrimas ante el escenario desolador que estaba contando en una transmisión en vivo para su canal, desde el pueblo de Atmeh en Siria, una de las zonas afectadas por el terremoto de 7,7 grados con epicentro en Turquía, que ha dejado al menos unas mil personas fallecidas en Siria.