El pasado 14 de marzo de 2022, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) presentó un estudio que develó el papel de las mujeres en la cadena mundial de suministro de cocaína, incluida su participación en el cultivo del arbusto de coca, fabricación, tráfico y distribución.
Según este documento, denominado «Las mujeres en la cadena de suministro de la cocaína», antes el tráfico de drogas era una actividad mayormente dominada por hombres. Sin embargo, actualmente las mujeres representan aproximadamente una décima parte de todas las personas que se enfrentaron a la justicia por delitos de narcotráfico en el mundo. Esta estadística excluye a los delitos relacionados con el consumo y la tenencia.
La relación varía dependiendo de la región. América, por ejemplo, es el segundo continente con más mujeres procesadas por narcotráfico de todo tipo de drogas. El primer lugar es para Oceanía.
Según la Unodc, el tráfico de cocaína es diferente porque, generalmente, se basa en una cadena de suministro compleja cuyos vínculos impactan en múltiples segmentos de la población.
En comparación con otras regiones, América mostró la mayor proporción de mujeres (19%) entre las personas procesadas por delitos de tráfico de cocaína en el período 2015-2019.
Esta cadena asociada al tráfico de cocaína tiene diferentes roles: Desde sembrar semillas de coca hasta vender productos de cocaína a consumidores individuales.
Por lo general, las mujeres involucradas en el crimen organizado, principalmente, se consideran integrantes pasivos de un grupo criminal dominado por hombres. Son esposas o parejas de líderes masculinos, así como víctimas coaccionadas por hombres a participar en actividades criminales.
Según el estudio de la Unodc, las mafias también involucran a las mujeres en una variedad de roles, porque es menos probable que levanten la sospecha de las autoridades. En Estados Unidos, por ejemplo, la mayoría de las mujeres encarceladas por delitos relacionados con las drogas ocupaba puestos de menor rango. Pero realizaban tareas más riesgosas que los hombres, y por ello tienen una mayor probabilidad de ser arrestadas.
La mayoría de la hoja de coca el mundo se cultiva en la región andina, específicamente en las zonas rurales y selváticas de Colombia, Perú y Bolivia. Y las mujeres se encuentran, comúnmente, entre los cultivadores, jornaleros y químicos. Además de cuidar otros cultivos y del hogar, las mujeres cocaleras, al igual que los hombres, pueden realizar tareas administrativas relacionadas con el cultivo del arbusto de coca.
Esto incluye la supervisión de la cosecha o de los recolectores de coca, el pago de salarios y la alimentación de los trabajadores (siendo la última una tarea exclusivamente femenina). En Colombia, las mujeres también pueden estar directamente involucradas en el procesamiento de la hoja de coca en pasta, contratar “químicos” para hacerlo, y estar a cargo de vender el producto final.
En el sur de ese país, algunas mujeres de zonas rurales que venden pasta de coca dentro del país pueden involucrarse en el tráfico internacional al cruzar la frontera con Ecuador para vender el producto. Este cambio de rol podría estar relacionado con las disminuciones en el precio de la pasta de coca en Colombia.
El término “mula de drogas” o “mensajero de drogas” se refiere a alguien que transporta drogas ilícitamente internacionalmente. Lo hacen ocultando las drogas en pertenencias, adhiriéndolas al cuerpo o escondiéndolas dentro del propio cuerpo.
El papel de una “mula de drogas” es una de las posiciones más bajas en la cadena de suministro, pues tiene múltiples riesgos legales y de salud. Las características de las “mulas” varían según el tiempo y las regiones geográficas. Algunos reportes sugieren que los primeros casos, registrados en los años 70, eran predominantemente hombres jóvenes.
Con el endurecimiento de las medidas de control y seguridad aeroportuaria en el mundo, todos los grupos demográficos tienden a involucrarse en el embalaje del cuerpo, incluidos niños y mujeres embarazadas. Actualmente, no está claro si más mujeres que hombres trafican cocaína a nivel mundial como “mulas”.
Los datos sobre encarcelamiento solo incluyen personas que han sido detenidas por un delito relacionado con drogas. Si bien las necesidades económicas son el principal factor que empuja a las personas a convertirse en mulas, los expertos señalan otros factores que abarcan más a mujeres que hombres.
Con información de Primicias
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