Con la llegada desmesurada de los inmigrantes y las pocas posibilidades de deportarlos, en Calais – norte de Francia, los agentes de la Oficina Francesa de Inmigración e Integración (OFII) promueven el “retorno voluntario”.
Es así como, tras residir en Francia por seis meses, el Estado les propone a los inmigrantes un boleto gratis de regreso y mil ochocientos cincuenta (1.850) euros a cambio de irse voluntariamente de su territorio; independientemente de si su situación migratoria es irregular o si no se les dio el asilo político.
Pierre-André Henot, agente policial explica que “les ofrecemos la posibilidad de volver a casa”; a lo que migrantes como el sudanés Mashou aceptan para alejarse del “infierno” que se vive en Calais, donde es víctima de la violencia, indigencia y el hambre al no poder llegar a su destino: Inglaterra.
Sin embargo, Henot cuenta que “recibimos rechazos todo el día” porque muchos extranjeros prefieren una vida de indigencia en Francia que regresar a su país de origen.
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