Esta semana traemos a la sección de «Historia de inmigrantes», que se transmite todos los miércoles por Tu Preferida 104.5FM, a tres periodistas, dos de ellos monaguenses y otra de Anzoátegui. Rafael Fersaca, Silvia González y Laura Liendo, quienes decidieron un día dar ese paso que han dado muchos venezolanos, y como dice Laura Liendo en su libro «Lo que guardo en mi maleta», irse del país, recoger sus sueños y emprender una travesía, que en el caso de Silvia y Laura la llevaron a un destino que no habían imaginado después de un tortuoso periplo, y en el caso de Rafael a un reencuentro familiar que lo ha sustentado ¿Cuántos se han ido? No sabemos, no lo podemos cuantificar, sin embargo, en Miami, Florida, los periodistas montaron un submundo de refugio y allí se han convertido en una resonancia para la amplia comunidad venezolana que se concentra en este estado. Los monaguenses, muy pocos han pasado de América Latina, se concentran en Perú, Colombia, donde está la mayor migración venezolana, casi dos millones, Ecuador y Argentina.
Rafael Fersaca trabajó con nosotros en El Periódico de Monagas, egresado de la Universidad Santa María, se destacó por ser una excelente pluma, muy formado y «maturinés purito», decidió irse a Chile, fueron nueve meses de espera para recibir finalmente el certificado que le haría posible su ingreso legal al país sureño, salió el 22 de agosto del 2019, «buscaba ese equilibrio entre lo personal y lo que uno llama la independencia económica, siempre he tenido el apoyo de la familia, pero al final ya adulto uno quiere ir más allá, como periodista yo veía con mayor crudeza en mi trabajo reporteril los alcances de la crisis, los años 2018 y 2019 se mostraban con mucha intensidad y al final pensé, si no puedo concretar mis aspiraciones en Maturín, o en Carcas, o en la ciudad donde estudié en Puerto La Cruz, debo irme, para ese entonces Chile había iniciado visa de responsabilidad democrática para la apertura de los venezolanos, llegó ese correo electrónico, en tres días tenía que decidir y en 9o días irme».
Silvia González también laboró en en esta corporación comunicacional, fue la última periodista en ganar un Premio Regional de Periodismo con todas las de la Ley y se lo ganó con un trabajo de ciudad, era especial para esas crónicas, con ella iniciamos la versión impresa de El Periódico con los Vecinos, se adentró en el barrio Santa Inés y plasmó la realidad de personas que comían culebras, la miseria en su grado más auténtico. De madre guyanesa, Silvia se fue para Guyana en un recorrido en bote y ¿por qué una periodista exitosa con tan solo 22 años acabando de recibir un galardón por su trabajo periodístico decide irse?, ella misma nos los explica «las decisiones de tener que irnos sin querer irnos fueron por las condiciones políticas, económicas, sociales, ya estaban siendo cercenas las noticias, una hermana se complicó de salud y yo no pude conseguir las medicina, para mí fue un golpe duro. El 16 de septiembre del 2016 me fui, mi trabajo me gustaba pero cuando íbamos a la nevera no teníamos la cesta de comida necesaria, fueron los años de la escasez de alimentos, en la calle narraba las historia de lo que mis coterráneos vivían, comían sardinas o mangos, muchos de nosotros bajamos unos cuanto kilos, así nos fuimos sin conocer al país donde íbamos, y teníamos un objetivo, ayudar a una familia que se quedo allí, padres, abuelos que siguen en Venezuela extrañando a sus hijos y nietos, que decidieron no salir de Venezuela».
Laura Liendo de Puerto La Cruz, una reportera de televisión que vivía el mejor momento de su profesión y agarró su maleta, nos cuenta » migré en el 2016 por el tema político, económico, y social, me fui a Bogotá, Colombia en primera instancia, había bajado muchos kilos porque era el momento de la escasez de comida en Venezuela, para el momento en que me fui estaba gerenciando un canal televisivo de noticias, antes había sido narradora de noticias en Globovisión y luego corresponsal, hacia el trabajo que amo y me apasiona, pero decidí que era el momento de romper con ese capítulo porque ya no existían las condiciones para seguir ejerciéndolo, cerraba un capítulo de mi vida de una manera dolorosa y emprendía una nueva historia».
-¿Cómo fue el llegar a Colombia, de Silvia y Laura y a Chile, de Rafael?
Silvia dice que Colombia fue un país que le abrió las puertas, «muchos venezolanos entraron a Colombia y era como como ese primo hermano que todos tenemos, mucha gente buena conocimos en Colombia, se hacía como un clip de comunicación, la gente tendía la mano a los venezolanos, en ese año 2016 comenzaron las protestas en Venezuela, la receptividad de Colombia la llevamos en el corazón, nos quedamos con todo lo bonito, llegar a Bogotá, no era fácil es una ciudad costosa, complicado lo de los documentos, pero las puertas estaban abiertas para superarte un poco, ese calor con los colombianos fue bastante agradable en esos años 2016-2017».
Por su parte, Rafael narra su llegada a la ciudad de Santiago de Chile «una de las cosas de haber llegado esa madrugada del 22 de agosto, era ese frío cuando me bajé del avión, comenzaba la temporada invernal, con temperaturas a 0 grados, en octubre comenzó el estallido social y yo estaba en las gestiones para el registro de mi visa, mi cédula de identidad como extranjero, una crisis política y social en Chile por el tema tema de la democracia, cosas a la que los venezolanos estamos acostumbrados y tenemos un amplio bagaje, pero aquí era diferente, yo no tenía acceso a descifrar las raíces de lo que estaba pasando, el mapa político era es diferente para mi, era como cuando vez que algo se esta destruyendo y no puedes hacer nada, en Venezuela podía irme a mi casa aquí nadaba en territorio desconocido.
El asumir una realidad ya no como periodistas y la xenofobia en Ecuador
Rafael Fersaca «esperaba que su ejercicio profesional en Chile pudiera ser de más fácil acceso y no fue así, soy periodista que trabaje en un medios de comunicación cuando llegas a otro país necesitan la revalida, esa carrera que hiciste si no vienes con tus papeles apostillados no haces nada, todo sabemos que el proceso legal en Venezuela es tedioso, caro y hay corrupción, eso no ha cambiado en 20 años , es muy importante cosa que se produzca ese chics, ese cambio automático y no te da el tiempo, yo aquí he tenido el apoyo de mi familia y por eso me fui a La Sirena y asumí lo difícil que es ser periodista en otro país».
Para Laura y Silvia llegó el momento de abandonar Colombia porque habían recibido un correo de la Cancillería de Colombia, donde se le decía que habían cumplido con el tiempo legal de su estadía, «no queríamos quedarnos de manera ilegal y tomamos la decisión de venirnos a Ecuador, es un país con mucho verde, son regionalista, cerrados, todo extranjero les causa sospechas , son xenofóbicos no solo con los venezolanos sino con todos los foráneos, nos fuimos a Quito y después a Tulcan por temas laborales, presenciamos xenofobia con los venezolanos y colombianos, era notable, veían la emigración de los venezolanos como una invasión , esta xenofobia se transformó en desprecio hacia los venezolanos, no todos, pero si la mayoría, entendimos que Ecuador no era un sito para echar raíces donde nos sintiéramos cómodas, no era el lugar para hacer una vida y desarrollarnos como profesionales».
Rafael Fersaca comenta que «mis metas cambian constantemente porque al principio me las planteaba a muy largo plazo, he tenido que lidiar con metas a corto plazo para poder desprenderme de cosas que me procuren no ser un empleado siempre, seguir escalando, quiero tener mi propio negocio, no se si me dedicare totalmente a la parte gastronómica, a la que me dedicó actualmente, a fin de que lo que pueda ganar lo pueda invertir en mi profesión a futuro, he tenido que ir recortando mis propósitos por razones como la pandemia, cosas a corto plazo par poder llegar a una etapa superior que al final es mi independencia económica».
Una maleta que llegó a Portugal
Silvia González y Laura Liendo llegaron a Portugal en enero de 2020, «antes de venirnos a Portugal nos fuimos a Venezuela a visitar a la familia, a los amigos, sabíamos que el viaje era largo y no podíamos predecir el retorno, actualmente nos encontramos viviendo en Porto, Portugal, es un país tranquilo, los portugueses son receptivos y tiene una especie de agradecimiento con los venezolanos, estamos muy cerca de España , puede que nos confunden pero cuando decimos que somos venezolanos nos reciben con alegría, algunos tienen un abuelo, un primo, un familiar en Venezuela, Venezuela fue un país de puertas abiertas a los inmigrantes a mediado de los 40, y la inmigración portuguesa fue una de las más numerosas, son conocidos por sus panaderías por los cachitos y aquí en su país también están llenos de panaderías, ellos son unos duros en la materia, luego de haber vivido en Ecuador es un cambio de 360 grados ver la receptividad, todos quieren aprender a hablar español tenemos 3 años aquí, lo cumplimos en enero del 2023, estamos agradecidos con Portugal, te toma en cuenta en términos laborales, aceptan tus currículum, valoran mucho al profesional que viene distinto a lo que pasa en Latinoamérica, te sientes en calma y seguro, te abren las puertas para que crezcas personal y profesionalmente.
En ese nuevo país donde Laura Liendo piensa terminó su recorrido ella escribió el libro «Lo que llevo en mi maleta», de una manera intimista esta periodista se adentra en sus raíces, en su abuela natural del Delta, en su país, en ese recorrido lleno de xenofobia y de experiencias para producir una narrativa que te atrapa, que te envuelve rápidamente y te lleva a lo que representa para un joven dejar su país y atravesar un mundo desconocido, el camino del inmigrante. Tres jóvenes profesionales que añoran a su país, que recuerdan cada detalle de lo que dejaron atrás y que aportan su talento en tierras extrañas no siempre buenas, ni agradables, venezolanos para dejar en donde van una parte de una tierra mágica: Venezuela.
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