Una vez más los católicos de la ciudad de Maturín inundaron las avenidas Bicentenario y Bolívar con el tradicional Viacrucis Diocesano que este 2023, cumplió 25 años de tradición en la capital monaguense.
La pertinaz lluvia no fue impedimento para que cientos de personas de las diferentes parroquias que hacen vida eclesiástica en la llamada “ciudad distinta” se dieron cita en la parroquia Santa Cruz, situada al frente de la Plaza Piar, desde donde partió el recorrido de aproximadamente dos kilómetros de distancia.
Entre cantos y reflexiones, los asistentes meditaron las quince estaciones que comprende el Viacrucis, y que fueron distribuidas desde la mencionada parroquia hasta la catedral Nuestra Señora del Carmen, donde se ofició la misa de clausura de la actividad.
Algunos de los creyentes aprovecharon la oportunidad para caminar descalzos como forma de penitencia, otros lo hicieron vestidos de color morados en recordatorio al Nazareno con la cruz a cuestas con rumbo al Calvario donde fue crucificado.
La actividad estuvo encabezada por el pbro. Miguel Febres Vicario General de la Diócesis de Maturín, acompañado por parte del clero y seminaristas de la Diócesis de Maturín.
Según las palabras del consagrado, la iglesia de que peregrina en Monagas, rememora el sufrimiento de Jesús en la vía al calvario. Aseguró que esta tradición dentro de unos años se convertirá en una ley para los creyentes del catolicismo que caminan con la cruz como signo de identidad cristiana.
Ruben Torres, quien forma parte del equipo formador de la parroquia San José Obrero, destacó que sentir el compromiso de cun Cristo vivo, que fue capaz de dar su vida por la del mundo.
Para el párroco de la iglesia Santo Domingo de Guzmán, de Las Cocuizas, destacó que la intención principal es recuperar el entendimiento y la fraternidad, dejando de lado el egoismo, la indiferencia y la cultura del descarte, donde se supere la división y el enfrentamiento.
La tradicional Misa Crismal que la Diócesis de Maturín, se llevará a cabo el día de mañana sábado primero de abril a las nueve de la mañana en el principal recinto del catolicismo monaguense.
Durante esta solemne Eucaristía, los feligreses acompañarán a cada uno de sus párrocos quienes en unión al Obispo diocesano renovarán sus promesas sacerdotales y consagraran el óleo del Santo Crisma y la bendición de los óleos del catecúmeno y de unción de los enfermos.
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