Este insigne trabajador del puerto terrestre de Maturín, es ejemplo de sentido de pertenencia, en un trabajo que con altas y bajas ha salido adelante.
En el marco del 44 aniversario del puerto terrestre de Maturín, exaltamos la labor de uno de sus insignes trabajadores, un patrimonio viviente, Raúl Lima, que sin titubeos aseveró «mientras Dios me conceda vida, mi último suspiro lo daré en el terminal»
A sus 52 años, relata el famoso «niño», que ha dedicado su vida laboral en estas instalaciones, más de 35 años pasando por varias líneas de transporte como Expresos Los Llanos, Aerobuses de Venezuela y Expresos Camargui.
Recuerda con nostalgia el tiempo de la pandemia, que golpeó severamente los ingresos de la familia, pero Gracias a Dios todo volvió a la normalidad.
Pese a su comprometido cuadro de salud, Raúl apuesta a la vida, es optimista, ejemplo de fe, esperanza y se siente agradecido del altísimo por contar con el apoyo de su familia, su compañera de vida, Yanny Guevara, su madre, sus hijos José, Diana, Marbelys, Yarly, su nieto Jeremías y sus mascotas Mia y Lola.
“Tengo la satisfacción de ver mis hijos graduados, enfocados en su trabajo, con valores que en las buenas o malas, la familia es el mejor apoyo”, acotó.
Aunque de manera irregular envian unidades de Caracas, Raúl se mantiene firme, al pie del cañón en su oficina, con su personal y el buen humor que lo caracteriza, brindando alegría, risas y un excelente servicio a los usuarios del puerto terrestre de Maturín desde Expresos Camargui.
Un merecido tributo a un maturinés, patrimonio del Terminal Urbano, en sus 44 aniversario.