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La situación es más compleja de lo que aparenta ser, no solo es la cantidad de niños que actualmente andan en condición de calle o indigencia en Maturín, sino que desde hace semanas, es notorio como los pequeños han optado por trabajar en las calles.
Apostados en los semáforos de la llamada “ciudad distinta”, los menores han optado por dedicarse a limpiar vidrios de los vehículos en espera que algún conductor les otorgue algo de dinero por su trabajo.
No están solos, en cada controlador del tráfico es común verlos en grupo de cuatro hasta seis chamos, los sitios donde se les puede observar con facilidad es el cruce de la avenida Orinoco con Juncal, al igual que en la Orinoco con Miranda; así como en la entrada de Las Cocuizas o Los Guaritos.
Según lo expresado por ellos, prefieren limpiar vidrios a seguir pidiendo en las calles, “al menos acá nos ganamos algo con trabajo como se dice por allí, decentemente; y con ello compramos algo de comida para la casa o unos panes y un refresco y con eso tenemos algo en el estomago”, aseguró uno de los infantes.
Otra realidad son los que se suben a las unidades de transporte masivo a vender cualquier tipo de golosinas o chucherías, estos llevan más tiempo en ese trabajo, en su mayoría no asisten a colegios, la misma realidad de la calle los ha obligado a mantenerse como comerciantes infantiles para poder sobrevivir.
En los buses también encontramos a los pequeños colectores, es común verlos en las puertas de las unidades anunciando las rutas a los usuarios apostados en las paradas y usando el mismo léxico empleado por los adultos. Desde el “háblame mi tío” hasta el “te vas mi mi reina”, están en bocas de quienes deberían llevar una infancia tranquila.
Otros pequeños, no venden, aprovechan su talento artístico y deleitan a los pasajeros con extraordinarias interpretaciones vocales que ademas de arrancar una lluvia de aplausos permite que les otorguen algo de dinero.
Tras realizar una indagación con algunos choferes de diferentes líneas de transporte, se pudo conocer que algunos de estos pequeños son hijos o sobrinos de los mismos conductores, quienes para evitar pagar a un colector (mayor de edad), prefieren tener a los infantes en el oficio.
Otros manifestaron que los niños solo trabajan por temporadas vacacionales para que así puedan generar algo extra de dinero con el cual ayudar en los gastos de sus hogares.
En el boulevard Arriojas, también se les encuentra vendiendo ropa, allí ofrecen la mercancías a sus clientes y hasta dan vuelto en efectivo si es necesario. En la esquina de la avenida Miranda con Bicentenario a la altura de la plaza Rómulo Gallegos, “los más pilas”, compran y venden divisas.
Es conocido que desde la Fundación regional, Niño Simón, se adelanta una campaña con contra de la violencia infantil, la cual abarca todos los estratos y áreas de la sociedad monaguense, y a través de ella se busca erradicar todo tipo de maltrato contra los infantes.
Sin embargo, los residentes de Maturín, solicitan a las autoridades con competencia en la materia, se aboquen a realizar un trabajo social de visitas domestica y entrevistas a los infantes con la finalidad de conocer realmente la situación que están viviendo y así crear planes que permitan minimizar los índices de trabajo infantil en las calles de la ciudad.
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