Los malos olores son inaguantables en la calle Monagas debido al estancamiento de aguas residuales en los brocales de las aceras.
Quienes a diario deben transitar por esta importante arteria vial aseguran que el líquido es producto de la actividad comercial de los vendedores ambulantes de alimentos que tienen sus puestos situados a lo largo de la calle.
Los puntos donde mayor actividad y acumulación de agua se evidencia es en las inmediaciones de la iglesia San Simón, a pocos metros del palacio de gobierno regional, así como en el cruce con la avenida Miranda y a la altura de la Zona Educativa.
Hay quienes aseguran que, “en muchas partes no solamente corresponden a la actividad comercial por la preparación y venta de alimentos, sino que existen problemas con las cloacas y se desbordan quedando parte de ellas en estos espacios que deben conducir a los desagües de la ciudad”.
Aunado a esta problemática es evidente que los llamados comerciantes informales volvieron a tomar los espacios no solo de esta importante y transitada calle de la capital del estado, impidiendo de esta forma el libre tráfico vehicular y peatonal, además de perjudicar el derecho del libre frente de quienes formalmente poseen sus establecimientos comerciales.
Paradojicamente a esta realidad, en la misma calle Monagas, se encuentra un edificio cuyos trabajos de construcción se encuentran paralizados, el cual se levantó con la intención inicial de reubicar a un considerable número de personas que hacen del buhonerismo su sustento diario.
Asimismo la ciudad cuenta con espacios que en su momento sirvieron para la reubicación de estos puestos , sin embargo la poca actividad económica obligo a sus propietarios a paulatinamente volver a las calles de la llamada ciudad distinta.
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