Luego de un mes, cuando se pensó que el covid-19 había dado un paso atrás, se vuelven a escuchar a vecinos de los diferentes sectores de Maturín comentando que un amigo, conocido o compañero de trabajo está contagiado.
Aunque las cifras, en comparación a otros meses, han sido bajas y con un importante pico en esta semana, las personas creen estar inmunes a la enfermedad y la desafían al caminar por el centro de Maturín sin tapabocas, protector facial y mucho menos sin el uso de alcohol o gel antibacterial.
Los niveles de inconsciencia son más elevados que las cifras que aportan las autoridades nacionales con respecto a los números de nuevos contagiados en el Monagas.
Basta con verlos subir a las unidades de transporte colectivo sin importarles las más mínimas medidas de protección, olvidando que, según expertos en infectología, algunas variantes del covid-19 siguen circulando.
También se pueden apreciar aglomeraciones en mercados y plazas. Al respecto, algunos ciudadanos como la señora Marta Rodríguez, Luisa Díaz y Ángel Azócar, ven con preocupación el relajamiento de las medidas en tiendas y lugares de expendio de alimentos; con trabajadores y clientes sin cubre bocas.
Al día 601 de pandemia, cuando Monagas ha acumulado casi 10 mil casos, muchos han olvidado las medidas que en meses anteriores de tomaron en Maturín y Caicara de bajar la curva de contagio por los focos que se registraron y dejaron muchas muertes a su paso.
Por su parte las autoridades redoblan los esfuerzos para que la gente acuda a vacunarse y sea menor la probabilidad o los efectos del covid-19 en el organismo.
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