Veintiséis artistas plásticos fueron los encargados de materializar el concepto vanguardista de la ciudad de Maturín, el cual contempla 21 murales y cuyas características forman parte del proyecto urbanístico en la Sultana del Guarapiche.
¿En qué consiste, cómo adentrarse en las intenciones de pensar esta ciudad de una manera distinta a como la conocemos y la hemos visto? Para ello, hemos querido conocer a algunos de los protagonistas de lo que se abrirá en forma definitiva al pueblo maturinés y para ello entrevistamos a la muralista Jimena Zorrilla, quien integra este grupo de artistas, entre los cuales se encuentran, por citar solo algunos de ellos «Cheo» González y Pedro Zelaya.
Zorrilla es egresada en Diseño Gráfico del Instituto Universitario de Tecnología Industrial Rodolfo Loero Arismendi (Iutirla) de Maturín en el año 2013, después hizo un diplomado en el Instituto Pedagógico de Caracas sobre «Arte Terapéutico», una técnica que se ha usado en el mundo y en otras ciudades de Venezuela como Caracas, Valencia y Maracay, consistente la misma en usar el arte como una forma de diagnosticar problemas de personalidad y de conducta y después tratarlo a través del arte, pero Zorrilla confiesa que ella ha decidido poner su formación en la pintura de murales en espacios privados, en algunos lugares como el trabajo que desarrolló en el restaurante El Fogón del Este y ahora se siente orgullosa de participar en este encuentro del arte que abraza a la ciudad y a la cual ha convocado la alcaldesa Ana Fuentes. «Estamos contentos de que por primera vez se tome en cuenta a los artistas y seremos punto determinante de lo que viene ahora, los murales que se colocarán en los distribuidores de Boquerón, del Bajo Guarapiche, de La Cruz y de San Vicente, es solo el inicio de este concepto innovador».
Explica la artista que la inspiración viene dada por el artista Vincent van Gogh, o sea, es arte impresionista, hasta en los bancos que se usarán para los quioscos que están ubicados en las plazas han sido pintados con aspectos de esa corriente artística, el naranja representa el sol; el verde las montañas y el lila, las flores. Todo está pensado con un concepto innovador y futurista, se trata del uso de acrílicos haciendo juego con las transparencias, se pronuncia por la necesidad de que sean cuidados cada uno de estos espacios y esto dependerá, según su opinión, del establecimiento de ordenanzas que protejan al ciudadano y a todos los lugares públicos.
Estos artistas verán plasmado su toque en las avenidas Bolívar, Orinoco y Cruz Peraza. La aspiración de esta artista es que se le dé un espacio a los artistas plásticos en el Museo Mateo Manaure, y que algunas áreas de la ciudad, como el Paseo en frente del Museo, sea un lugar para este grupo de artistas que quieren dejar plasmada su huella en la ciudad.
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