Hoy sus fuerzas dependen de un bastón improvisado (palo) para poder movilizarse y sus compañeros de vida son tres perritos que le hacen sentir en familia, ante la lejanía de sus hijos que se encuentran fuera de Monagas por motivos de trabajo.
Agustina Rojas, la madrina de la calle 5 de Las Cocuizas, es conocida como una gran líder social y formadora de doctrina política que encaminó a todo su sector, conocida como La Tijera, para que los jóvenes estudiaran y no quedaran limpiando calle u oficinas como obrero, como ella lo hizo para levantar a sus hijos y casa, que está a la voluntad de Dios.
Este viernes 25 de noviembre Agustina arribó a sus 105 años, y solo pide tener más vida para ver su casita bonita, por eso quiere que se la arreglen. Su vivienda en la calle 5B está severamente afectada por un árbol de apamate que le derribó el área de la cocina, un cuarto y el baño.
«No tengo donde cocinar y una vecina es quien me ayuda. Tampoco tengo baño ni donde hacer mis necesidades», relató.
No pide más nada que le arreglen su vivienda, lo que no puede hacer por sus propios medios. Aguarda que las autoridades puedan ayudarla.
Estos 105 años han sido marcado por el respeto y la admiración de todos sus vecinos. Desde el más niño hasta el más adulto no puede pasar por el frente de su residencia sin pedir la bendición.
Rojas desde siempre, por su convicción en el trabajo social, ayudó a muchas personas a tener un trabajo dentro de los sistemas de gobierno de la cuarta República, siendo ella una simple obrera del Consejo Legislativo. Hasta el mismo gobernador Guillermo Call le tenía respeto, pues es una mujer jocosa resalta por su carácter fuerte; siempre le ha gustado las cosas correctas y que le dieran respuestas para apoyar a los más desposeídos de su comunidad.
«Siempre he sido adeca y moriré siendo adeca», afirma la doña que desde hace 60 años acompaña de manera espiritual a sus vecinos, con el rezo de novenarios a los difuntos y de la Virgen de Valle.
La calle donde habita, la 5 B, se hizo gracias a ella. Vecinos aseguran que como ella para llegar a su residencia Agustina debía atravesar un camino de tierra, al borde de un barranco. «Para que ella llegara tranquila la comunidad realizó la solicitud de la calle, porque era la única que vivía de este lado, se realizó el asfaltado y trabajo de cañerías».
Rojas, nacida en Quiriquire, en su juventud tuvo que afrontar escenarios que pusieron en riesgo su vida, como fue la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Fue perseguida por la policía política por ser integrante de Acción Democrática (AD); se vio en la obligación de refugiarse en sitio clandestino para que la desaparecieran.
Con motivos a su cumpleaños la comunidad se abocó para rendirle homenajes. Donde también participó la Alcaldía y Gobernación, con el envío de cuadrillas para desmalezarle el frente de su casa y del estadio Jesús Golindano, sitio para la celebración.
Desde temprano llegaron festejos y demás apoyo logístico para la celebración, siendo agradecido por Agustina, quien con amor pide el bienestar de todo su barrio, para que progrese y mejore en todas sus condiciones.
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