De las decenas de proyectos de juegos NFT que se promocionaban en el segundo semestre de 2021, unos pocos sobreviven y solo uno es jugado con frecuencia en Venezuela pese a aportar solo el 5% de los ingresos que llegó a generar, pero el mercado espera una recuperación y un futuro prolífico para una industria
Los juegos NFT se convirtieron en una de las mayores tendencias en Venezuela durante 2021. De un momento a otro, dominaban los temas de conversación en cada rincón, sin que muchos supieran realmente de qué se trataban. Lo único que estaba claro es que permitían ganar dinero.
El término «juego» progresivamente fue sustituido por «trabajo», puesto que para muchos venezolanos durante varios meses se convirtió en una fuente de ingresos, una alternativa que les permitía ganar mucho más dinero que en sus trabajos habituales, incluso tratándose de profesionales con estudios de posgrado y un amplio currículo.
En varios de estos juegos era posible obtener más de $1.000 mensuales, al menos durante el auge de este mercado, entre los meses julio y septiembre. Todo este beneficio, dedicando apenas un par de horas del día a la actividad.
La cifra es al menos 10 veces más del salario promedio que ingresan los venezolanos, según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). Si la comparación es con el salario mínimo, estos juegos proporcionaban una remuneración 500 veces superior.
Sin embargo, medio año después del cénit de los juegos NFT, el mercado colapsó. Diversos proyectos murieron y los sobrevivientes generan ganancias en torno a los $50 mensuales. Cientos de jugadores venezolanos que dependían de esta actividad para dar sostén económico a sus hogares quedaron desamparados.
Ahora la incertidumbre reina en torno a los juegos NFT. Pocos entienden las razones de la caída del mercado y muchos siguen a la expectativa de un posible repunte, sin certeza alguna de que la bonanza volverá. Pero para tener luces al respecto, es necesario comprender cómo funciona esta naciente industria.
Estos juegos se sustentan en el concepto de los NFT (Non Fungible Tokens, traducido como tokens no fungibles), una manera de aprovechar la tecnología blockchain para registrar piezas digitales bajo un certificado de autenticidad único e irreplicable.
Cualquier contenido que se encuentre en internet puede convertirse en un NFT. Imágenes, gifs, memes, audios, videos o cualquier otra pieza digital puede recibir su «certificado de autenticidad» registrado en una blockchain, mediante el cual se verificará la autoría de la creación y a quién le pertenece, por más que pueda ser replicada o que existan otras piezas iguales.
Es decir, si un artista decide hacer un dibujo y publicarlo en internet, puede convertirlo en NFT para demostrar que es el creador de la pieza original. Aunque otro usuario haga una captura de pantalla del dibujo y lo difunda en la web, no poseerá el aval de la creación.
De igual manera, si ese artista decide vender su obra, al ser un NFT sustentado en una blockchain, la transacción quedará registrada en la web y el título de propiedad pasará a otra persona, quien podrá comprobar que es el nuevo dueño del dibujo.
El principio del NFT es que la pieza digital es única e inmutable. Podría existir incluso otra obra idéntica también registrada en una blockchain como un NFT, pero el certificado de autenticidad sería completamente distinto, por lo que se trataría de dos obras diferentes, cada una con su propio valor de mercado.
Este concepto empezó a difundirse como un mecanismo para amparar a los artistas digitales y garantizar que puedan no solo ser reconocidos como los autores de sus obras sino remunerados debidamente en función del dinero que logre recaudar su creación en un mercado financiero dinámico.
Obras digitales registradas como NFT impresas. Algunos diseños, como los de Bored Apes, se venden por millones de dólares en el mercado
Progresivamente, el mecanismo fue abarcando otras áreas hasta que llegó al mundo de los videojuegos. En 2015 fue lanzado CryptoKitties, un juego que permitía a los usuarios comprar, criar y vender gatos virtuales. Estos felinos eran, por supuesto, NFT.
La empresa desarrolladora creaba sus diseños y los jugadores los compraban, le daban algún valor agregado con la crianza y los revendían o conservaban. Los diseños más particulares, únicos o llamativos obtenían un mayor valor y eran revendidos. Así se creó el primer mercado en torno a un juego de este tipo.
No pasó mucho tiempo antes de que el concepto de comprar y vender gatos digitales fuese replicado. Los desarrolladores de videojuegos vieron en los NFT un mercado a explotar y desarrollaron sistemas en los que cada personaje jugable fuese un token no fungible.
Decenas de proyectos progresivamente invadieron el mercado, mientras los NFT se convertían en una moda que se apoderaba de la web y producían millones de dólares.
Así aparecieron Axie Infinity, Plants vs Undead, CryptoBlades, Dragonary, Sorare, Alien Worlds y muchos otros proyectos que prometían ganancias cuantiosas a cambio de jugar y, claro está, invertir.
Para que un juego NFT tenga éxito en su misión de retribuir por jugar, necesita un sistema económico sólido y una comunidad de jugadores dispuesta a formar parte de este. Entre más jugadores participen, más criptomonedas y NFT se producirán, los cuales deben circular en el mercado y ser comprados por otros usuarios para que la economía no se estanque.
El economista experto en criptomonedas Aarón Olmos explica que cada juego tiene su propio sistema económico definido por sus desarrolladores y muchas veces estos deciden crear criptomonedas con valor de mercado. El precio de este activo dependerá, en gran medida, de la ley de la oferta y la demanda.
«Quien desarrolla estas plataformas puede tomar la decisión de tener uno o varios tókenes. Puede hacer que la emisión de ese token sea infinita o finita, o definir que sea infinita pero que cada cierto tiempo se queme, se saque del ecosistema cierta cantidad de tókenes para regular la cantidad de monedas disponibles. Esto se hace para evitar problemas de inflación», aclara.
Todos estos juegos emiten tókenes dentro del juego como recompensa por cumplir objetivos determinados. Mientras permanecen dentro de la plataforma, se mantienen como «tókenes», que no tienen un valor o uso en el mundo real hasta que se extraen del juego al mundo real mediante una casa de cambio y pasan a ser criptomonedas. Esta es la remuneración obtenida por los jugadores, es el pago a cambio del «trabajo».
A eso se suman los propios NFT, que tienen un valor de mercado, por lo que es necesario invertir para obtener uno que le permita al usuario jugar. De igual forma, al ser propietario de un NFT, se pueden vender y obtener ganancias del compra y venta.
La economía de cada juego es definida en función de la emisión de la moneda dentro de su ecosistema y los usos que tenga dentro del juego, puesto que si solo se emite para ser cambiada por una divisa con uso en el mundo real, todos los jugadores acumularían y la emisión constante provocaría un exceso de liquidez, lo que propiciaría una oferta muy superior a la demanda para la cantidad de jugadores.
Por lo general, las monedas que da el juego son necesarias para acceder a otros elementos del sistema. Por ejemplo, generar nuevos personajes (NFT), obtener artículos que mejoren la jugabilidad y un largo etcétera que varía en función de cada plataforma. Estos mecanismos ayudan a controlar la emisión desmedida porque las monedas se consumen en el proceso.
Sin embargo, los mecanismos de «quemado» de los tókenes no suele ser lo suficientemente significativo como para evitar la emisión desmedida cuando ingresan muchos usuarios al sistema.
Este es el principal problema que sufrieron los proyectos en los últimos meses. Una gran expansión provocó que millones de usuarios ingresaran en estas plataformas, la emisión se incrementó desproporcionalmente y los mecanismos de «quemado» eran útiles porque entre más jugadores necesitan personajes jugables, más tókenes se queman para crearlos.
Pero cuando dejaron de introducirse nuevos usuarios, quedó una amplia masa de jugadores generando nuevos tókenes por las actividades que hacen en el juego, y una «quema» reducida. Surgió la inflación.
El mercado de los juegos NFT llegó a su punto más álgido entre junio y septiembre. Los precios de las criptomonedas que estos juegos emitían alcanzaron sus máximos históricos debido a la exorbitante demanda que generaron los millones de jugadores nuevos en estas plataformas.
Datos de Google Trends indican que el volumen de búsquedas del término «Juegos NFT» en el buscador de Google empezó a crecer desde mayo y llegó a su pico en septiembre. Desde entonces, ha reducido su popularidad. Las mismas estadísticas indican que el país con mayor cantidad de búsquedas de ese término fue Venezuela, seguida por Cuba y Argentina en el podio, todos países con problemas económicos.
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