La gran favorita al oro olímpico en el triple salto, la venezolana Yulimar Rojas, llegó este sábado 24 de julio a Tokio después de los problemas de vuelos que le impidieron asistir el viernes a la ceremonia de apertura de los Juegos, donde inicialmente era la abanderada.
“Estoy muy contenta de estar aquí en Tokio, de estar en mis segundos Juegos Olímpicos, con ganas de darlo todo y de dejar a mi país en alto”, comentó Rojas en un cuenta Twitter.
“Estoy muy contenta con todo el apoyo que estoy recibiendo de parte de todos, incluyo a todo el mundo y todos los mensajes que me llegan. Me ponen muy feliz y me motivan. Estoy contentísima de sentir esta adrenalina y de compartir con mis compañeros”, apuntó.
Nunca antes en la historia, un o una atleta de Venezuela había llegado con tanto favoritismo a unos Juegos Olímpicos. Eso habla extraordinariamente bien de lo que ha hecho la anzoatiguense en los últimos años en las pistas y campos del mundo. Pero también agrega un elemento de presión: el oro será lo único considerado como un éxito. Hasta la plata, al menos para el caso de Yulimar, puede tener un amargo sabor.
Rojas ya sabe lo que es colgarse una medalla plateada. Lo hizo en Río de Janeiro 2016. Tenía 21 años y logró distancia máxima de 14.32 metros en la final. Cayó con la colombiana Caterine Ibargüen (14.65), que para el momento era la mejor del mundo. Sin embargo, los roles se han invertido. Ahora es la venezolana la que parece estar por encima del resto.
A Yulimar se le verá dando zancadas por primera vez en los Juegos Olímpicos de Tokio (si todo sale bien) el viernes 30 de este mes en el Estadio Olímpico de la capital japonesa. Ese día (a las 6:00 am, hora venezolana) será la clasificación. La ronda final, en la que se espera esté Rojas sin muchos espavientos, se realizará el domingo primero de agosto (a las 6:00 am, hora de Venezuela).
La espera culminó este 24 de julio para la delegación venezolana conformada por los 43 deportistas que participan en Tokio 2020.
Desde primeras horas del sábado -aún la noche del 23 de julio en suelo venezolano-, los representantes de la tricolor compitieron en sus respectivas disciplinas.
Alfonso Mestre, el atleta venezolano más joven de la delegación (20 años), aunque tuvo una destacada actuación no logró avanzar a la final de los 400 metros libre. El criollo ganó su Heat y mejoró el récord que lo clasificó a Tokio con un tiempo de 3:47.14. Lamentablemente, su marca no fue suficiente.
Sin embargo, la prueba más fuerte del venezolano, los 800m libres, se realizará el próximo martes #27Jul a partir de las 7:37 a.m. (hora de Venezuela).
El menor de los Mestre tuvo un despegue meteórico al debutar en 2021 con la selección nacional élite: Hoy posee los récords nacionales en los 400 (3:47.14) y 800 metros libres (7:55.69), y con 19 años logró la marca A para sus primeros Juegos Olímpicos en los 800m libres mientras nadaba los 1.500m en una toma de tiempo en el CCCAN de Puerto Rico (7:50.81), lo que también le permitió nadar los 400m libres en el Centro Acuático de Tokio, refiere Lider en deportes.
Por su parte, la criolla Jeserik Pinto no clasificó para las finales de los 100 metros estilo mariposa. Culminó quinta en su manga clasificatoria y arribó en el puesto 28 entre las 33 competidoras.
En esgrima, el larense José Félix Quintero cayó en ronda de 32 ante el actual bicampeón olímpico Aron Szilagy. Antes Quintero había ganado su primer combate 15-13 frente al japonés Yoshida Kento. En la primera manga el criollo remontó y terminó con ventaja de 8-6, y en la segunda, aunque el japonés logró empatar un par de veces (primero 9-9 y luego 10-10), el venezolano mostró un ataque sólido y se apuntó la victoria.
Posteriormente, el ciclista Orluis Aular participó en el Circuito Internacional Fuji, una carrera de ciclismo de ruta. Lamentablemente no concluyó la competencia. El ecuatoriano Richard Carapaz, reciente 3er puesto en el Tour de France, ganó la medalla de oro con un tiempo de 6h05m26s.
El equipo venezolano de remo, conformado por César Amaris y José Güipe, garantizó su participación en la repesca en el doble scull masculino ligero que se realizará este domingo 25 de julio. A pesar de arribar en el quinto lugar en la primera manga clasificatoria tendrán la oportunidad de seguir en competencia. Tendrán que enfrentar a los representantes de Uzbekistan, Polonia, España, India y Algeria.
Mientras, la selección olímpica de voleibol masculino cayó frente a su par japonés en el grupo A de la ronda preliminar de voleibol. Los criollos cayeron en tres sets (3-0). El próximo partido del combinado criollo será este lunes 26 de julio a las 9:00 a.m. de Japón (aproximadamente 10:00 p.m. del domingo en Venezuela).
El grupo A está conformado por Japón, Irán, Italia, Canadá y Polonia. Clasifican para la siguiente ronda los cuatro primeros equipos.
Tokio 2020 es la segunda edición en la que participa el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados, una delegación de representantes de diferentes países que por distintos motivos tuvieron que huir de sus naciones y buscar refugio en otras tierras.
Entre los 29 atletas que conforman esta delegación, figura por primera vez un venezolano, un testigo de primera mano de la diáspora que se ha evidenciado en el país durante los últimos años y que, según organismos internacionales, ya supera los 5 millones de movilizados.
El boxeador Eldric Sella arribó a Tokio tras superar los obstáculos propios de una vida difícil en Venezuela. Persiguiendo su sueño, logró hacerse un espacio en la selección nacional de Boxeo en 2015. Sin embargo, debido a la crisis que afronta el país, después de siete meses fue despedido junto a otros compañeros por la falta de recursos.
La pobreza se acrecentó en Venezuela y Sella no tuvo más remedio que hacer sus maletas y partir. Aprovechó una invitación que recibió de Trinidad y Tobago para participar en un torneo de boxeo y emprendió un viaje sin retorno. Sin dudarlo, pidió asilo y se preparó para seguir adelante con su sueño.
«No hubo un día en el que no pensara en ir a los Juegos Olímpicos, en el que no pensara en el boxeo”, aseguraba mientras relataba sus experiencias en distintos trabajos para subsistir, mezclando cemento o cortando césped, según reseña una historia publicada en la web de Acnur.
El joven vio su gran oportunidad gracias a una publicación de Instagram sobre los Juegos Olímpicos Rio 2016, al leer que por primera vez habría una delegación integrada por refugiados. Así, fijó su meta de cara a Tokio 2020 y su oportunidad llegó.
Sella envió correos electrónicos para preguntar sobre el programa de becas para Atletas Refugiados del Comité Olímpico Internacional (COI). Finalmente, en diciembre de 2020, recibió respuesta.
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