Muchas son las cosas y conocimientos que son trasmitidas de generación en generación, Luis Gustavo Chiguita, quien es oriundo de Aguasay lo ha entendido a la perfección y hoy día es el heredero del arte de elaborar dulcería criolla a base de coco; “mi mamá aprendió de mi abuela y yo de mi mamá”.
El joven emprendedor de apenas 23 años, decidió poner en práctica lo que ya venía observando con mística, hacer dulces, principalmente el turrón y el majarete, debido a una difícil situación económica y a la enfermedad de su progenitora.
Actualmente tiene ocho años impregnando la casa del exquisito aroma que emana de los fogones al preparar sus majares.
Aseguró que apuesta a la dulcería criolla “porque es lo que nos identifica como venezolanos, eso sí debemos darle un reimpulso e innovar en la manera como la estamos presentando para hacerla más atractiva y comercial”.
Para el joven con el don de “endulzar” los paladares más exigentes, la constancia, paciencia y ganas de superación son piezas claves en el éxito de cada persona que busca posicionar una marca.
Chiguita no se ha quedado con los brazos cruzados, desde hace aproximadamente un año ha dado pie a comercializar y posicionar su marca “Dicoco”, con la cual elabora dulces a base de la fruta tropical: el coco.
Los turrones seguirán siendo el manjar bandera del joven, sin embargo, en la actualidad ha incorporado: majarete, coquitos acaramelados, tortas de coco y otros derivados del fruto de la palmera.
“Deseo continuar y no quedarme estancado, quiero que la gente conozca la marca y disfruten de mis productos en cualquier establecimiento de la ciudad y más allá de sus fronteras.
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