La emigración venezolana o éxodo venezolano, también conocida como crisis migratoria venezolana, señalada como una crisis de refugiados es una crisis humanitaria provocada por el incremento del flujo descontrolado de personas procedentes de Venezuela, 7 millones según las últimas cifras de Unicef, sus orígenes datan de 2002.
En el 2003, luego de la expulsión de aproximadamente 20.000 trabajadores de Pdvsa a raíz del paro petrolero, muchas familias salieron hacia Colombia, donde se iniciaba el boom petrolero.
Entre el 2005 y el 2008 numerosos empresarios salieron del país a causa de la persecución política y la nacionalización de empresas industriales y agropecuarias; el 2015, fue más notorio entre la clase media, a causa de la crisis económica que enfrentaba Venezuela, siendo 697.562 venezolanos que salieron al exterior, lo que representa el 2,3 % de la población total.
Para el año 2017 pasó a tener casi 5,4 % de la población del país, alrededor de 1,42 millones de personas.
En el año 2018, al entrar el país en una hiperinflación, se vio un aumento a 2,3 millones de venezolanos que salieron del país, que aproximadamente representan el 7 % de la población nacional. Estos periodos han sido clasificados por algunos autores como las cinco oleadas migratorias venezolanas.
Entre los que se han ido se encuentra solicitantes de asilo, refugiados y emigrantes económicos. En el 2016, aproximadamente 27 mil venezolanos fueron los que solicitaron asilo; se incrementó en el 2017 a 111.600 según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En septiembre de 2018, el representante regional de ACNUR para Estados Unidos y el Caribe oficialmente comparó a la crisis con la escala de la crisis migratoria de la Guerra civil siria.
Factores políticos, económico, pero sobre todo la inseguridad y la violencia en Venezuela, fue un detonante que agudizó el flujo migratorio.
La ola migratoria tiene como antecedentes el cierre de la frontera con Colombia ordenado el 19 de agosto del año 2015 y reapertura de la frontera en el 2016. La OEA y voceros de la agencia de refugiados de Naciones Unidas, ACNUR, lo catalogaron como el éxodo más grande que ha existido en la historia del hemisferio occidental en los últimos 50 años.
El 1 de noviembre de 2019 el representante conjunto de la ONU para los migrantes venezolanos en la Conferencia de la Solidaridad para refugiados por Venezuela de Bruselas, Eduardo Stein, advirtió que para 2020 habría más de seis millones de refugiados si no se encuentra una solución política a la crisis venezolana.
Inicialmente, venezolanos de clase media alta y clase alta emigraron durante el gobierno de Chávez, luego, venezolanos de clase media y baja comenzaron a irse a medida que las condiciones en el país empeoraron.
En diversos sondeos de opinión, a los venezolanos a menudo se les preguntó si desean abandonar su país de origen, más del 30 % de los venezolanos planeaba abandonar Venezuela permanentemente. Después, en septiembre de 2016, el 57 % de los venezolanos deseaban abandonar y en 2018 aumento hasta el 87% de venezolanos que planeaban abandonar el país de acuerdo con Datincorp. La OEA y voceros de ACNUR la catalogaron como la emigración más grande que ha existido en la historia del hemisferio occidental.
En mayo de 2021 había una cantidad aproximada de 7 millones de emigrantes venezolanos en el mundo, esto representa un aumento del 1.468,24% frente al 2010 e implica que los emigrantes representan cerca del 22 % de la población total nacida en Venezuela.242526 Para abril de 2021, cerca de 1,7 millones de migrantes venezolanos se encontraban en Colombia.
La Institución Brookings ha estimado que la crisis también es la crisis de refugiados actual con menos financiamiento internacional en la historia moderna. Para diciembre de 2021 ACNUR el portavoz de América Latina informó que diariamente «alrededor de 1.000 personas se van de Venezuela sin intención de volver»
La inmigración que no se ve, la de los niños que no se ven
Ya muchos mueren en la Selva del Dairen, otros en las costas, lo cierto es que la inmigración no se detiene y las razones sociológicas que la producen siguen siendo la misma, pero hay una crisis migratoria que no se ve, y que ha denunciado recientemente Cecodap, la de los niños que se quedan, los que pierden sus padres, su madre los que quedan en manos de abuelas, tíos, y en el peor de los casos en manos de un vecino.
Las consecuencias de esa pérdida de afecto no puede ser cuantificada y los resultados a futuro serán terribles y sobre todo aterradores y allí el estado venezolano no ha demostrado la capacidad para resolver este problema, es una consecuencia silenciosa que debe llamar a conciencia.
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