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Izquierda de América Latina se debate con lo que pasa en Venezuela

Ernestina Herrera
Redactado por: Ernestina Herrera
Publicado:30 julio, 20245:23 pm
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Izquierda de América Latina se debate con lo que pasa en Venezuela

Mientras aumenta la presión internacional por un recuento transparente y verificable de los votos de las elecciones del domingo en Venezuela, los presidentes de izquierda de América Latina se dividen.

De un lado, Gabriel Boric fue el primero en pedir «total transparencia de las actas y el proceso», después de hacer públicas sus dudas sobre el resultado informado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Otros países actúan con cautela

México, Brasil y Colombia se sumaron a Chile y pidieron esperar a los resultados definitivos, mientras que países como Bolivia, Nicaragua y Honduras felicitaron a Maduro por su «inobjetable triunfo».

El politólogo José Natanson, autor de «Venezuela. Ensayo sobre la descomposición» (Debate, 2024), analiza cómo el «fracaso de Venezuela» de estos últimos años impacta sobre la izquierda de América Latina.

«Hay una izquierda nostálgica que cree que Venezuela sigue en la etapa de Hugo Chávez y actúa como si eso fuera cierto», dice el director de Le Monde Diplomatique, en su edición Cono Sur, que mira el desgaste del chavismo de la última década.

Cautela

Mientras países como Brasil, México y Colombia esperan una «auditoría de carácter independiente», la Cancillería venezolana denunció este lunes «declaraciones y acciones injerencistas» por parte de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay y exigió el «retiro de manera inmediata» de su personal diplomático.

También ordenó el retorno de los representantes venezolanos en esos siete países de América Latina.

Lectura de politólogos

José Natanson habló desde Buenos Aires sobre Venezuela:

Hasta ahora, tenemos la declaración del titular del CNE que dice que Maduro ganó las elecciones. Para que esa declaración se convierta en un resultado verificable faltan los datos desagregados por mesa y por centro de votación.

Para que una elección sea democrática, no sólo tienen que ser públicos los resultados sino que tienen que ser verificables.

Hasta ahora, esos datos no están. Los resultados no son verificables porque no tenemos acceso a los datos desagregados que son los que les permitirían a los testigos de mesa de la oposición cotejar si en la mesa X, en la escuela X, se dio el mismo resultado que está difundiendo el CNE.

Las sospechas

Las sospechas son fundadas. Yo no diría ni que hubo fraude, ni que los resultados que anunciaron son ciertos, no se puede afirmar ninguna de las dos opciones hasta no tener los datos.

La desconfianza en el sistema electoral no solía estar en el escrutinio sino en lo que pasaba antes y después de la elección. Pero en esta vez, las principales sospechas de la oposición se centraron en el recuento. ¿Qué pasó?

Había inhabilitado candidatos, les había impedido que viajen en avión, vimos detenciones políticas y hasta llegó a cerrarles el hotel donde se hospedaban a los candidatos opositores.

Pero esta vez, si se comprueban las sospechas cruzó una línea que hasta ahora no había pasado.

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«Mientras no se difundan los datos electorales, las sospechas  son fundadas».
En Venezuela el proceso hacia el socialismo  se ha dado por dio por una acumulación de decisiones tácticas que han ido llevando hacia el caos.

En Venezuela la oposición no está totalmente cancelada como en Cuba. Existen tres gobernadores de la oposición y más de 100 alcaldes opositores que, mal que bien, gobiernan.

Venezuela no tiene un sistema de partido único institucionalizado como el soviético, el chino o el cubano. Pero tampoco es una democracia liberal pluralista y republicana .

Por eso, creo que en ese gris intermedio, donde hay momentos que se abre, momentos que se cierra, momentos que se cierra transita el país.

América Latina le da su matiz

Los principales aliados de Maduro como Rusia, China, Cuba o Nicaragua no le van a reclamar ser una democracia republicana, porque ellos no lo son, pero sí pueden hacerlo otros países de América Latina y sectores empresariales.

Ante este escenario de incertidumbre, ¿hay riesgo de fractura interna?

Las Fuerzas Armadas están tan imbricadas con el gobierno que es muy difícil pensar en un quiebre vertical de los militares.

Puede haber disidencias -de hecho hay más de 100 militares detenidos en el Helicoide porque se intentaron rebelar- pero no vemos un quiebre masivo al interior del gobierno, porque todos están implicados en esto.

La reacción de la izquierda en América Latina

No saben qué hacer . Hay una izquierda nostálgica que cree que Venezuela sigue en la etapa de Chávez y actúa como si eso fuera cierto. Es una izquierda más emocional, uno podría decir irreflexiva. Puedo entender que figuras como Evo Morales se sientan agradecidos con el chavismo.

También está el caso de Cuba y Nicaragua, que posiblemente sepan lo que pasó con las elecciones, pero que no les importa el carácter democrático y que necesitan a Venezuela.

Por otro lado, están los nuevos líderes de la izquierda latinoamericana, como Gabriel Boric y Gustavo Petro, que reconocen que lo que pasa en Venezuela es diferente a los primeros años de Chávez.

Y creo que Lula da Silva, Pepe Mujica y Andrés Manuel López Obrador lo entendieron después de algunas idas y vueltas.

¿Cómo analizas las declaraciones del presidente de Chile?

Boric es uno de los nuevos líderes de la izquierda latinoamericana. Fue él quien antes de todo esto decía que si hay violaciones a los derechos humanos en Afganistán, Arabia Saudita o Venezuela, todas ellas son violaciones a los derechos humanos y punto.

No es casual que haya sido [la expresidenta de Chile] Michelle Bachelet la autora del primer informe que documenta la violación de los derechos humanos en Venezuela, insospechada además de pertenecer a la derecha. Boric está sanamente influido por esa mirada.

También me interesa el silencio estruendoso de Lula y la cautela de López Obrador.

Brasil envió a Celso Amorim a Caracas, después de reunirse con Jake Sullivan en EE.UU. y de que Maduro reprobara a Lula por sus críticas a las amenazas del presidente de Venezuela sobre un «baño de sangre». ¿Cómo ves el papel de Brasil?

Lula siempre ha sido muy pragmático. Me parece que su rol en el proceso electoral de Venezuela sigue siendo constructivo.

Lo que diga Lula es importante para Venezuela porque, además de ser el presidente de Brasil, nadie va a acusar desde la izquierda a Lula de no ser de izquierda.

Lula va a hacer todo lo posible para que el proceso venezolano se desarrolle en paz y se conozcan los resultados.

¿Qué capacidad tiene la comunidad internacional de incidir en lo que está pasando?

La capacidad de incidencia de Brasil y de Estados Unidos dentro de la situación interna de Venezuela hoy es muy limitada.

Si no pudieron con Maduro en 2017, con las sanciones de Trump, con el Grupo de Lima, con el aislamiento internacional casi total al que estaba sometido Venezuela, hoy que Venezuela recuperó la producción petrolera, que ya armó, reformó su sistema de alianzas con China, Rusia, Turquía, Irán, Cuba, no creo que pase gran cosa.

No es que le va a resultar gratis, pero no veo el alcance de la presión internacional para torcer el proceso venezolano, si es que no hay voluntad por parte de Maduro de hacer otra cosa.

Tras el triunfo de Maduro declarado por el CNE y rechazado por la oposición, ¿qué escenarios se abren en el corto plazo?

Primero hay que esperar que el Consejo Nacional Electoral difunda los resultados desagregados y después hay que esperar que la oposición tenga las actas para demostrar que esos resultados desagregados no son los que figuran en las actas.

Tienen que ocurrir esas dos cosas

Si eso no ocurre, vamos a un típico proceso de lo que suele ocurrir en Venezuela, que es esta situación en donde no se termina de saber qué pasa ni qué pasó. Es algo típico porque el chavismo juega mucho con la ambigüedad.

Desde que asumió Maduro en 2013, el recurso de la ambigüedad se convirtió en una estrategia para ganar tiempo. Lo que no queda claro es para qué. ¿Es solo para permanecer en el poder?

Yo creo que no haber difundido los resultados va en esa línea. Si lo que hicieron es torcer los resultados, lo que hacen ahora es esperar, hablar con Lula, negociar, posiblemente hablen con Estados Unidos y miren las reacciones internas.

Habrá que esperar a los resultados.

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