Para Fernando Pereira, investigador de Cecodap que desde el año 1984 se en carga de la defensa de los derechos de los niños y adolescentes, “lamentablemente existen los elementos que determinan que niñas venezolanas están siendo explotadas sexualmente en la frontera entre Colombia y Venezuela”.
Revela que hay un aumento de los casos. El informe de la ONG responsable de este conflicto hecho público en ocasión del Dia Internacional de la Trata de Personas da cifras de 124 niñas y adolescentes rescatadas durante el año 2020, de un crecimiento del 30 por ciento, Esto es el reflejo de todo el proceso de migración de los últimos años que ni siquiera la pandemia ha logrado paralizar, la precariedad, la emergecia sanitaria y el hambre producen una emigración sin ninguna o poca planificación, las niñas se movilizan sin un adulto, viajan solas acompañadas de otras personas que ni siquiera son sus familiares y esto pone en riesgo su vida y muchas caen en trata de personas
Para Pereira, un 15,4% de los migrantes reporta la separación de niños, niñas y adolescentes y sus padres producto de la migración de estos últimos. Este es parte del resultado que arroja el estudio de Datanálisis para septiembre de 2020 y con el cual Cecodap publica su Informe especial de peligros y vulneraciones a los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes en contextos de movilidad humana y pandemia de 2020.
El investigador agrega que, de acuerdo con la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), al 5 de noviembre 2020 hay 5.448.441 personas migrantes venezolanos, de los cuales solamente 2.486.222 se encuentran con un estatus regular en los países de destino en los que habitan.
Decir que 15,4% de los migrantes se separa de sus hijos quiere decir que hay una población estimada de entre 793.451 y 839.059 niños, niñas y adolescentes que permanecieron durante 2020 sin el cuidado de uno o ambos padres, debido a la migración forzada. Niñez dejada atrás. Sin embargo, hay una disminución porcentual del fenómeno. En 2019, Cecodap reportó que 20,1% de las personas que se fueron del país dejó al menos un hijo o hija menor de edad.
La pandemia por Covid-19, si bien ralentizó el flujo migratorio no lo detuvo. Esta desaceleración no hizo menos vulnerables a los migrantes, por el contrario, supuso un deterioro de sus condiciones de vida en toda la ruta migratoria.
Pereira dice que el nuevo informe de Cecodap muestra que la intención de migrar bajó porcentualmente: pasa de 38,6% en 2019 a un 29,4% en 2020. «Este dato debe ser interpretado de forma prudente, puesto que estimamos que de continuar el deterioro de las condiciones de vida la intención puede cambiar nuevamente, con riesgo a profundizarse de forma marcada en 2021
La migración hoy día tiene que ver con la búsqueda de sobrevivir. Al día de hoy la incertidumbre sobre la realidad económica supone la principal motivación para la migración en un 22,4% de los casos.
La dinámica socioeconómica de Venezuela lejos de presentar un panorama más optimista experimenta un marcado deterioro que deviene en un agravamiento de la emergencia humanitaria compleja con el sufrimiento asociado para la población, especialmente para los niños, niñas y adolescentes.
Un dato que diferencia la niñez dejada atrás reportada en 2019 de la actual es que ahora hay un porcentaje mayor de niños, niñas o adolescentes que permanecen bajo el cuidado de sus mamás. Hoy las principales cuidadoras son las madres 50%.
Es un cambio considerable en la dinámica familiar frente a la migración de uno de los padres. Los hombres tienden en mayor medida a la migración y las madres ejercen un rol más activo en el cuidado de los niños y adolescentes. Los abuelos siguen teniendo un papel clave; pues 41,7% de los niños quedan a su cargo.
Decir que las principales cuidadoras son madres y abuelas, representa una lectura de género que supone una mayor necesidad de apoyo frente a la doble vulnerabilidad de estas producto de la migración de sus familiares y por su condición de mujeres en sociedades patriarcales.
Otro factor que cambia la dinámica familiar en los migrantes es el retorno de sus miembros. Si bien es cierto que la pandemia y sus consecuencias impulsaron a los venezolanos a regresar, esta movilidad no fue masiva.
Según Pereira Uno de los aspectos que Cecodap resaltó en el informe es la escasa atención psicosocial que reciben los niños, niñas y adolescentes, en condición de niñez dejada atrás. Menos de 4% de los niños y sus familias reciben algún tipo de apoyo psicosocial para mitigar los efectos emocionales derivados de la migración.
Se trata de 839.059 niños impactados por la migración y aún así su salud mental cada día se ve más amenazada y recibe menor atención.
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