Con solo dirigir la vista hacia el cielo entre la noche del domingo 15 y la madrugada del lunes 16 de mayo, podrás observar -desde toda América del Sur y Central, gran parte de América del Norte, sur y oeste de Europa, sur y oeste de Asia, África, en los océanos Pacífico, Atlántico, Índico y desde la Antártica- un eclipse lunar total.
Dependiendo de tu zona horaria, verás que la Luna adquiere un tono rojizo durante el eclipse, lo que hace que se la conozca como «luna de sangre».
Esta luna de sangre también será especial, ya que ocurre cuando el satélite está casi en su punto más cercano a la Tierra, con lo cual parecerá más grande lo habitual.
Un eclipse lunar total tiene lugar cuando la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol generando una sombra sobre la Luna. Los tres cuerpos celestes deben estar perfectamente alineados para que eso ocurra.
Durante el fin de la fase parcial y toda la fase total se podrá ver la Luna de un color rojizo, debido a que los rayos de luz del Sol que cruzan la atmósfera terrestre tiñen la superficie de la Luna. Ésta atraviesa la sombra de la Tierra, quedando cubierta, y su vez, el Sol, la Tierra y la propia Luna se encuentran perfectamente alineados. El color rojizo que adquiere el astro se debe a la luz que le proporciona el Sol.
Luego del eclipse solar del 30 de abril, este 15 de mayo ocurrirá uno lunar. Esto es común, de hecho los eclipses siempre vienen en “parejas”. Algunos son parciales, totales y/o penumbrales, pero siempre son dos seguidos.
Se puede estudiar la huella que deja la atmósfera en la luz del Sol, mismo método para analizar las atmósferas de los exoplanetas. Además, se puede visualizar cómo se vería la atmósfera de la Tierra desde otros lugares del universo, y ver qué moléculas y átomos se podrían buscar en aquellos exoplanetas para buscar una “Tierra 2.0″.
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