Eustoquio Contreras, diputado a la Asamblea Nacional que abandonó las filas del chavismo dos años después de resultar electo en las primarias del 2015, se refirió a las actuales denuncias de corrupción que han develado la existencia de hombres muy allegados al gobierno, en un manejo que denominó perverso de la principal empresa venezolana, Pdvsa, manifestó en el programa «El Periódico con los Vecinos que» en Venezuela, un país dividido y en el que la crisis política, social e institucional resulta insostenible, cualquier cosa puede pasar, pero es lógico que se produzcan en estos momentos muchas interrogantes, como por ejemplo porque precisamente en este momento, donde estaban los organismos que tendrían que haberse pronunciado o visualizado lo que estaba sucediendo antes de que se dilapidarán 23.000 millones de dólares».
Manifiesta que «no existe una solución parcial con un país como este donde no existe un respeto a los poderes, Venezuela está viviendo uno de los peores momentos de su vida social, estos análisis no encuentran mucho espacio en el gobierno y tampoco en la oposición, los actores políticos caen en una improvisación, han descuido a la investigación científica del problema, le tienen miedo a las conclusiones, debe existir una responsabilidad de darle un viraje ético y moral al país, se quedan en el extremo partidista, lo que ha habido y por eso estos escándalos de corrupción es un estado de descontrol, estamos frente a una crisis continuidad, tenemos 62 años comportándonos de la misma manera, la oposición tiene discursos cautivadores y diferencias ideológicas, pero cuando cuando llegan al ejercicio del poder hacen lo mismo, tiene que producirse un sacudón moral, es necesario que esta mayoría social no siga absteniéndose, que se incorporen a la política, los escándalos seguirán produciéndose, ya vasta de ese liderazgo ramplón y mezquino, negador de la realidad que le ha hecho mucho daño al país, tenemos que salir de esto».
Días antes de producirse las denuncias por corrupción que salpicaron a figuras tan predominantes en el gobierno como Tarek El Aissami, y el diputado Hugbel Roa, llevándose por delante jueces, fiscales y hasta un Alcalde por vinculaciones con grupos guerrilleros, habíamos hablado vía audio de WhatsApp con Contreras quien ahora representa el Movimiento de Independientes por Venezuela sobre temas relacionados con las primarias, al respecto contestó:
Mi postura sigue siendo la de llamar a la unidad, y es probable que esta postura todavía este en minoría aùn cuando hay gran expectàtivas en la celebraciòn de las primarias. El radicalismo sigue aumentando la polarización que cada día raya más en el distanciamiento de las posibilidades de un entendimiento, que es la salida. Porque en una situación como la que vive Venezuela, que es insostenible, hay algunas similitudes y situaciones empáticas que dan la idea de puntos de coincidencias entre el gobierno y la oposición. La primera es que el país no aguanta esta crisis; y el segundo aspecto es que uno y otro han dicho que la salida tiene que ser electoral, democrática y pacífica.
—El problema no es el liderazgo o una vocería de la oposición o del gobierno, sino que tienen que ir madurando las condiciones para un entendimiento. En el país sigue habiendo dos mitades. Si tú quieres respetar lo que piensa la mitad de un país y la mitad de otro, tienes que pensar que lo que hay es un Estado de Derecho descompuesto y una institucionalidad totalmente destrozada, y la comunidad está totalmente dividida en torno a esto. Me parece que estamos en un momento donde las contradicciones se agravan y la polarización pisa terrenos muy delicados, y por eso es que frente a todo este escándalo de la corrupción, lo único que nos queda es solicitar que el país en su totalidad pueda saber lo que realmente pasa, que no existan esas desproporciones interesadas que dejan duda sobre lo que se está haciendo, el país tiene derecho a respuestas sin el montaje al cual nos han acostumbrado.
Para Contreras «la voluntad de los políticos siempre terminará en los designios de las leyes naturales de los procesos. Cuando más lejos uno cree que está un entendimiento, cuidado si se está aceptando; aquí se logrará cuando los actores políticos comprendan que les puede ir peor si no lo hacen. Lo único que podemos apreciar es que, dependiendo del momento en el que los involucrados asuman ese estado de conciencia, se negociaría en mejores o en peores condiciones. Y eso es muy importante porque aleja las posibilidades de que en este país pueda haber una invasión o una guerra. Tengo la apreciación de que la oposición, con la ayuda internacional, está presionando y creando las condiciones para obligar a la otra parte a una salida negociada y yo creo que en las actuales condiciones eso es lo que más le conviene al país y eso va a ocurrir.
—Yo no sé si es su salida… de repente es la quedada, y no sé por cuánto tiempo. Porque no quiero adelantar la opinión, como tú entenderás, yo que estoy luchando por un entendimiento tengo que ser muy cuidadoso con mis palabras frente a los actores que están en el proceso y eso ha sido el error de los negociadores, que llegan con cartas marcadas y con posiciones supuestamente irrevisables. Cuando tú te metes en una negociación todo está en juego, todo es negociable. Y no puede haber posturas radicalmente irrevisables, yo lo que sí creo es que aquí van a madurar las condiciones para una salida negociada: institucional, política y electoral. ¿Bajo qué condiciones? Ahí estamos claros.
Que cese el bloqueo, las sanciones internacionales, que cese una supuesta conducta de la oposición golpista y que le den reconocimiento a las elecciones del 20 de mayo. ¿Qué demanda la oposición? Convocar un nuevo proceso electoral porque, según, las elecciones del 20 de mayo no fueron transparentes, legítimas y constitucionalmente convocadas; dice la oposición que cese la persecución a los políticos, que se acoja al reconocimiento de la Asamblea Nacional y que se convoque a unas nuevas elecciones generales con un Consejo Nacional Electoral escogido de mutuo acuerdo. Ahí están las demandas en la mesa.
—Barajar eso y ver qué se puede agarrar de un lado y de otro para juntos buscar una salida. Porque la salida a la fuerza no sirve. Maduro podría mantenerse ocupando el poder, pero no va a poder gobernar en este país; y la oposición puede dar un manotazo y en una madrugada hacerse del poder y a lo mejor uno de ellos se sienta en la silla donde está Maduro ahorita, pero Maduro empezaría a jugar tal como está jugando la oposición, con un sector internacional también que lo apoye. Es decir, lo que cambiaría es la posición de los actores, pero la confrontación continuará porque el problema es un acuerdo para la gobernanza, la convivencia y sacar al país hacia adelante.
—Las negaciones que comentó a principios de año, cuando hubo el llamado golpe parlamentario, a estas alturas, después de tantos meses, ¿en dónde quedaron?
—Te va a parecer un contrasentido lo que te voy a decir: ahorita estamos más cerca de un entendimiento, desde el punto de vista del tiempo y del espacio, que en enero. Porque se han profundizado las contradicciones y se han agravado las relaciones. Después de que una situación política ha llegado a los niveles en los que está ahorita, la negociación no está precedida de un ambiente de cordialidad, al contrario, las negociaciones se dan en los niveles más altos de temperatura política.
—¿Venezuela ya llegó a ese nivel?
—Nadie que esté sentado en una mesa de entendimiento, de compartir afectos e intereses políticos se apresurará a lograr un entendimiento. Todo esto que está pasando —en unas circunstancias como las que privan en este proceso diabólico, de confrontación, de falta de altura política, de nivel académico intelectual, de ética— tiene que llegar a un entendimiento cuando lo indique el interés material de cada quien. Y creo que la crisis que estamos viviendo no es cualquier cosa, la producción, el desorden financiero, la crisis monetaria, la inseguridad, la corrupción y los niveles a los que ha llegado el Estado de derecho, donde la institucionalidad no funciona.
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