El Gobierno de Estados Unidos promulgó este miércoles una nueva norma que restringe el acceso al asilo en la frontera con México y sustituye al Título 42, una regla de la administración Trump que permitía las devoluciones en caliente de migrantes amparándose en una posible expansión del coronavirus.
La norma, que se publicará hoy en el registro federal, califica como «no aptos» para solicitar asilo a los migrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia EE.UU, explicaron funcionarios del Gobierno en una llamada con reporteros.
Esta nueva restricción forma parte de las medidas que regirán la frontera entre México y EE.UU. desde este jueves, cuando se levantará el Título 42, por el que han sido expulsados hasta 2,5 millones de migrantes en los últimos tres años.
A partir de ahora, la principal vía legal para solicitar asilo en EE.UU. será a través de la aplicación móvil CBP One, que permite a los migrantes concertar citas con las autoridades para exponer sus casos.
EE.UU. ofrecerá unas 1.000 citas diarias para solicitar asilo a través de este procedimiento, una cifra que, según contaron los funcionarios públicos, podrá incrementarse «dependiendo de la capacidad» de los trabajadores del servicio de migración.
Quienes no se acojan a este proceso y decidan cruzar la frontera de manera irregular serán declarados no aptos para pedir asilo en EE.UU., a menos que se les haya negado anteriormente en un tercer país o que demuestren haber encontrado a barreras tecnológicas o de lenguaje para acceder a la aplicación.
Las personas que sean calificadas como no aptas para solicitar asilo podrán ser deportadas, se les prohibirá la entrada a EE.UU. durante cinco años y podrán enfrentarse a cargos penales si intentan entrar nuevamente a EE.UU., según explicaron los funcionarios.
De hecho, también detallaron que EE.UU. incrementó el número de vuelos de deportación a países de la región y también llegó a un acuerdo con México para que el país vecino reciba hasta 30.000 migrantes de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba deportados al mes.
Por su parte, las personas que sean arrestadas cruzando la frontera y a las que se le dé la oportunidad de presentar su caso de asilo, a través de una entrevista de «miedo creíble», deberán hacerlo mientras estén en detención.
«Hemos contratado y tendremos listos para desplegar a unos 1.000 funcionarios de asilo para llevar a cabo las entrevistas de miedo creíble en la frontera a partir del jueves», explicó otro de los funcionarios públicos.
Como parte del refuerzo de personal, el Gobierno estadounidense también desplegará unos 24.000 «oficiales del orden» en la frontera, además de unos 400 «voluntarios».
Varias organizaciones no gubernamentales, como Human Rights Watch, criticaron duramente la norma promulgada hoy cuando se encontraba en la fase de comentarios públicos definiéndola como una «violación de los derechos humanos y de la ley» internacional.
Con información de EFE
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