La confianza que inspiraba el anunció de una visita de la Unión Europea como observadora de las elecciones del 21 de noviembre se desinfló después de las declaraciones dadas por el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, situación que motivó no solo la reacción del gobierno hecha publica en la voz del canciller Félix Plasencia sino que además produjo una reacción en conjunta de todos los rectores que las consideraron como injerencistas y parcializadas
No solo se compromete a la presencia de la observación sino que da el inicio para una nueva crisis diplomática que estanque nuevamente las negociaciones políticas en Venezuela que están en puertas.
Lo que dijo Borrell que alborotó el avispero
Dijo que el informe de la misión de observadores es lo que terminará legitimando o no el Gobierno de Nicolás Maduro. «Si toda la oposición se presenta a las elecciones, incluso los partidos del señor (Juan) Guaidó, pues tenemos que acompañarles porque les da mayores garantías a ellos que estemos presentes auditando el sistema», dijo el diplomático el viernes durante un desayuno organizado por Nueva Economía Forum, en Madrid. Fue más allá con sus comentarios. «¿Eso legitima al Gobierno de Venezuela o a Maduro? Pues no. Lo que le legitimará o deslegitimará es el informe de la misión».
Los rectores reaccionaron de inmediato manifestando que estas declaraciones comprometen seriamente el acuerdo firmado la semana pasada con el nuevo jefe de la delegación de la UE en Caracas, Rafael Dochao. “En sus palabras, el señor Borrell aseguró que la Misión de Observación de la Unión Europea vendrá al país a acompañar a una parcialidad política y que será esta misión de observación la que califique la legitimidad de nuestro proceso electoral”, dice el comunicado.
Se acabó la fiesta con la Unión Europea
El canciller Félix Plasencia dijo «una vez más la Unión Europea parece no entender bien su papel en el marco del proceso político venezolano, perdiendo la oportunidad de situarse como un actor respetable, imparcial e independiente, para posicionarse como una pieza política subordinada a la política exterior estadounidense y de algunos sectores de la extrema derecha que pretenden socavar el proceso electoral y democrático venezolano», señala en un comunicado. Jorge Rodríguez, jefe de la delegación que representa al gobierno de Maduro las negociaciones en México, también fustigó los comentarios de Borrell. «Si no es capaz de respetar mínimamente y con algo de decencia el acuerdo que usted mismo firmó con el Poder Electoral, la verdad es que mejor y no vengan».
Durante el último encuentro entre el Gobierno y la oposición en México, declaraciones de Erna Solberg, la primera ministra de Noruega, país mediador en el caso venezolano, hicieron que encallaran las discusiones. Solberg había dicho en las Naciones Unidas que estaba preocupada por los derechos humanos en Venezuela. El comentario fue interpretado por el chavismo como parcializado, por lo que decidió llegar un día más tarde al encuentro como protesta. Dag Nylander, representante del equipo noruego en las negociaciones, maniobró la crisis y logró que volvieran a sentarse la partes. Está por verse si este nuevo impasse con Borrell afecte el próximo encuentro previsto entre el 17 y 20 de octubre.
Las relaciones entre la UE y Venezuela comenzaban a descongelarse con el cambio del canciller venezolano en agosto pasado, cuando Maduro sustituyó a Jorge Arreaza por Félix Plasencia.
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