El conocido como «sueño americano» le ha marcado la vida a muchas familias venezolanas que arriesgan su vida para llegar a territorio estadounidense en busca de una mejor calidad de vida.
Erickson Manuel Villana, su esposa y pequeño hijo llegaron a Florida hace 20 días, desde entonces no han logrado encontrar un hogar, sumado a esto se enfrentan a desafíos económicos que los sumergen en el desespero.
La familia Villana Hernández, se resguardan en refugios temporales desde las 5 de la tarde hasta las 6 de la mañana. Sin embargo, durante el día, se ven obligados a deambular por las calles de Florida. A pesar de las muestras de solidaridad recibidas en forma de comida y artículos básicos, se sienten desconcertados al no poder permanecer en el refugio durante las horas diurnas.
Esperaban ser recibidos por alguien en Florida, pero esa persona a última hora les informó que no podía recibirlos alegando razones laborales, dejándolos sin dirección y empeorando el panorama.
Erickson reveló que la travesía hacia Estados Unidos fue una pesadilla. A su esposa tuvieron que amputarle un pie en Costa Rica debido a una grave condición médica. Era eso o morir en el camino. Atravesaron múltiples países, desde Panamá hasta México, enfrentándose a dificultades como viajar en tren durante cinco días. Finalmente, al llegar a la frontera estadounidense, se entregaron a las autoridades migratorias.
Erickson, destaca que su única aspiración es encontrar un lugar tranquilo y estable donde puedan residir y laborar. La historia de la familia Villana Hernández resalta los desafíos de aquellos que buscan una nueva vida en un país extranjero, enfrentándose no solo a las adversidades económicas, sino también a la búsqueda constante de un lugar al que puedan llamar hogar.
Vía Diario 2001
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