Con el temor de que algún día la historia se repita, Venezuela entera recuerda hoy 15 de diciembre, la huella que sin duda alguna marcó un antes y un después en un país pujante; la tragedia que acabó con más de 15 mil personas y dejó un sinnúmeros de desaparecidos. El día que llovió para siempre y los cerreros se vieron abajo.
La llegada del año 2000 las personas lo habían satanizado, porque según, se trataría del fin del mundo. Solo faltaban dos semanas para el cumplimiento del anunciado cataclismo.
Al recordar aquel 15 de diciembre de 1999, luego de tres días de arreciada lluvia, lo que se metía en Vargas ocurrió; nunca antes había llovido tanto, como a cántaros, y todo se volvió nada.
El estado Vargas, actualmente La Guaira, lengua de tierra entre el mar Caribe y la Cordillera de la Costa, comenzaba a recibir los primeros aludes provenientes de la montaña. En principio, no eran diferentes de los que se habían producido en otras ocasiones.
Como es natural en zonas de piedemonte, los cauces vacían lo llovido en sus cuencas y lo conducen al mar. Tal vez por eso, muchos desoyeron a sus recién estrenados profetas domésticos y prefirieron esperar a que cesara el temporal. Pero la gran mayoría, devota de otros credos, no tenía cómo anticipar lo que estaba por suceder.
La vía a Macuto y los suelos de La Guaira, en particular, los ubicados en las riberas de ríos y quebradas, se disgregaban de modo absurdo. Todo ocurrió en un ambiente electoral para la reforma constitucional.
Más de 150 cursos de agua se desbordaron aquel día sobre el litoral varguense. Los de mayor torrente fueron los ríos Naiguatá, Camurí Grande, Cerro Grande, Uria y San Julián.
Los urbanismos florecidos en las márgenes de estos dos últimos sufrieron los efectos más terribles, al punto de ver perder parte de su población y tornar inhabitables sus espacios hasta el día de hoy. Los nombres de Carmen de Uria y Los Corales son mencionados con solemnidad 20 años después del deslave.
5 de diciembre
Se declara la primera alerta en la zona en Vargas por parte del organismo de Defensa Civil regional, luego 5 días de lluvia en la zona, más de 120 milímetros de agua y al menos 200 viviendas ya habían sido destruidas.
6 de diciembre
El centro de información de la Fuerza Aérea de Venezuela advierte que sólo en el estado Vargas estaba lloviendo tres veces más que el promedio histórico.
10 de diciembre
El Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales emite una alerta mientras que las precipitaciones llevan un acumulado de 250 mm de agua habiendo causado para el momento al menos un millar de damnificados en la entidad. Los primeros deslaves importantes empiezan a tener lugar, para el momento ya 1.500 t de lodo y escombros habían sido removidos de las carreteras.
13 de diciembre
Fuertes precipitaciones azotan la costa norte de Venezuela, el fenómeno se origina cuando vientos del norte intentan pasar las montañas del litoral central descargando la mayor parte de la humedad que contenían sobre las laderas septentrionales de la Serranía del Ávila. Se estima que ha caído ya más de 5 veces la precipitación que lo que cae normalmente en las 2 primeras semanas del último mes del año habiendo superado el máximo histórico de 282 milímetros de agua acumulada. Son pronosticadas aún 48 horas más de precipitaciones.
14 de diciembre
Mientras los venezolanos se preparan para votar en el referéndum para la aprobación de una nueva Constitución para el país que se efectuaría al día siguiente, las precipitaciones en el litoral central continúan, los bomberos de la región consideran decretar el estado de Alarma en la zona. Las precipitaciones alcanzan los 400 mm de agua.
Luego de que los reporteros le preguntaran si las lluvias motivarían la suspensión del proceso electoral, el presidente Hugo Chávez citó las palabras de Simón Bolívar, pronunciadas el 26 de marzo de 1812 (en plena lucha por la independencia), sobre las ruinas de un templo minutos después de un fuerte terremoto en Caracas: «Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca».
15 de diciembre
Es recordado como «el día que la montaña avanzó hasta el mar», las fuertes precipitaciones de los últimos días dan origen a extensos deslaves y derrumbes en las laderas montañosas de la Serranía del Ávila que vienen a ocasionar crecidas inmensas y violentas del caudal de los ríos, cuyo caudal es normalmente pequeño dada la escasa longitud que tienen (el río San Julián, que nace en el Pico Oriental de la Silla de Caracas, a 2640 msnm, y desemboca en el mar en Caraballeda, tiene apenas 9,82 km de longitud a pesar de ser uno de los más largos).
Y por la gran pendiente de sus cuencas, comienzan a arrastrar gran cantidad de sedimentos, volúmenes inmensos de agua y rocas enormes de hasta 9 metros de diámetro (el tamaño de un autobús) alcanzando velocidades de hasta 60 km/hora o más y profundidades de hasta 9 metros, todo lo cual viene a causar grandes desbordamientos y destrucción en las poblaciones que se ubican en los conos de deyección formados en la costa norte de Venezuela por dichos ríos.
Como es lógico, las poblaciones se ubicaron desde la época colonial en esos conos de deyección, que son las áreas con menores pendientes en la zona. Pero precisamente por este hecho, la destrucción se incrementa al irse acumulando todos los materiales acarreados por los ríos al perder velocidad sus aguas.
El país, en medio de elecciones, desconoce con certeza la situación de los estados afectados, los medios de comunicación empiezan a reportar el evento.
16 de diciembre
Las precipitaciones aún continúan y los deslaves ya han dejado pueblos destruidos a su paso. 11 estados del país se encuentran afectados por el fenómeno meteorológico, las zonas más afectadas corresponden al estado costero de La Guaira. Las precipitaciones acumuladas alcanzan los 1.200 mm en dos semanas y la increíble cantidad de 1.700.000 metros cúbicos de lodo y sedimentos son arrastrados por los caudales de los ríos hasta las costas.
17 de diciembre
Luego de que el tiempo lo permite, y con todas las vías de acceso colapsadas por derrumbes en el estado Vargas, se inicia la ayuda por aire a dicha entidad desde Caracas, los niños y las personas mayores son los primeros en ser rescatados. Los servicios meteorológicos de Venezuela, Brasil y Estados Unidos confirman que las lluvias continuarán en la zona por los próximos días, pero que las mismas disminuirán de intensidad.
20 de diciembre
El Gobierno nacional declara a 1500 a 3000 muertos (la mayoría desaparecidos), cerca de 94 000 damnificados y más de 130 000 evacuados como consecuencia de los deslaves.[cita requerida] Se declara Estado de Emergencia en 8 de las 23 entidades del país.
21 de diciembre
La cifra de muertos asciende a 16 mil según estimaciones del gobierno, contingentes de las fuerzas armadas y voluntarios comienzan un rescate por todos los medios posibles. Barcos de la Armada atracan en las costas del estado Vargas a fin de evacuar a los sobrevivientes. Un alto funcionario del gobierno estima que los fallecidos por el desastre podrían alcanzar las 30 000 personas.
Cobertura de actualidad y avances innovadores, con un enfoque en sucesos locales, política y más.