La etapa de la niñez y adolescencia son de las más vulnerables en la vida del ser humano.
La fragilidad física, emocional y psicológica de los más jóvenes suelen ser una suerte de plastilina con la que los adultos podemos moldear hombres y mujeres de bien, o por lo contrario, auténticos villanos de la sociedad.
A menudo, especialistas de la psicología y la educación dicen que los niños, niñas y adolescentes (NNA) son como esponjas que lo absorben todo.
En ese proceso pueden nutrirse de referencias positivas y negativas.
En Venezuela, con frecuencia, se reportan sucesos delictivos en los que, lamentablemente, los NNA son protagonistas.
Para conocer los motivos que conducen a los chamos a iniciar una vida de delincuentes, 2001 entrevistó a expertos en psicología y criminalística.
Los especialistas coinciden en que la trilogía familia, entorno y Estado es absolutamente determinante en el tipo de sendero que los muchachos deciden transitar.
Daniela Rojas, psicóloga de la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje, Cecodap, mencionó algunos de los elementos que influyen en los NNA.
Indicó que el acceso, o no, a aspectos básicos de salud, escolaridad, comida, servicios públicos y vestimenta, entre otros aspectos, son decisivos en la población juvenil e infantil.
“En el contexto venezolano esto puede ser muy difícil para muchas familias. Aunque estén trabajando muy duro no tienen acceso a estos beneficios. No se puede achacar todo el tiempo a descuidos familiares”, acotó la experta.
Ante un panorama con este tipo de precariedades, los NNA pueden ver como una salida la vida delincuencial, refirió la psicóloga.
“Los muchachos ven como un atractivo las formas mediante las cuales los delincuentes consiguen las cosas materiales de las que ellos carecen”, acotó.
Rojas recordó que las formas de violencia no son exclusivas de la agresión física. También cuentan los ataques verbales y psicológicos.
“Si ellos (los NNA) ven como normal que las agresiones verbales, físicas y psicológicas son las maneras normales de relacionarse con los demás, entonces, simplemente así se comportarán”, expresó.
En tal sentido, destacó como un aspecto primordial cubrir las necesidades afectivas de los niños, niñas y adolescentes.
“A veces en la cotidianidad y el ritmo de vida, los padres, que deben trabajar durante todo el día, pasan por debajo de la mesa la importancia de hablar y escuchar a los hijos, de atenderlos emocionalmente”, manifestó.
En esta línea, apuntó como importante que los NNA tengan un grupo sólido de amistades, dentro y fuera del ambiente escolar. Y que estos los reconozcan como individuos aceptados.
“Algo que puede influir también son los modelos vistos por la familia o los amigos. Si son referentes positivos habrá un buen ejemplo. Si no existen mirarán a otros lugares, algunos de ellos donde están las figuras delictivas. Si estas son prestigiosas se convertirán en modelo a seguir. No importa el cómo, sino el resultado”, puntualizó.
Para evitar algunas de estas salidas negativas, la especialista en psicología recomendó que en la educación impartida a los muchachos se mantengan los límites.
“No se debe ser tan flexible. Los limites son sanos para la construcción de la personalidad”, aseguró.
La estabilidad de una mesa depende de la firmeza de sus patas
El comisario Luis Godoy, experto en seguridad, define como una mesa de 5 patas las circunstancias por las cuales un niño o adolescente se inicia en la delincuencia.
Partiendo de esa analogía, señala que al fracturarse una de esas columnas se genera en un gran número múltiples desequilibrios en los chamos.
“La pata del centro que es como la columna es el esquema que se aprende de la familia. Los seres humanos repetimos generalmente las conductas de nuestros padres, sean inculcadas o no. Eso está demostrado científicamente y psicológicamente”, afirmó Godoy.
Asimismo, refiere la necesidad importante de la educación académica como la otra pata que sostiene dicha mesa.
El ambiente escolar en la etapa primaria brinda la oportunidad de que los niños y niñas aprendan o refuercen de casa los valores y principios claves en la interrelación con los demás, apuntó el especialista.
“La otra pata es el deporte, las artes, el sano entretenimiento. Eso alimenta el cuerpo y el alma”.
Así lo destacó para referirse a la importancia de que los NNA se vinculen a este tipo de actividades.
“Aunque en todos los casos no ocurra, básicamente por las limitaciones que imponen las circunstancias socioeconómicas de muchas familias”, afirmó.
Como cuarto pilar, el comisario de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ) resaltó la incidencia que tiene en los jóvenes el medioambiente o entorno en el que crecen.
En otras palabras, se convierte en una influencia lo que observan a su alrededor dentro de la comunidad en la que conviven.
Al respecto, explica que los muchachos ven que en el mismo barrio donde residen existen otros jóvenes que tienen una vida de aparente prestigio.
“En ese ambiente perciben, en quienes muchas veces son líderes negativos, que estos tienen la ropa del año, la moto del año, las mejores novias, etc”.
Por tal razón, pueden desear y estar dispuestos a hacer las mismas cosas para obtener también estos supuestos beneficios, indicó Godoy.
Como última pata o columna de la metafórica mesa expuesta por el experto en seguridad ciudadana, pero no menos importante, se encuentra el Estado.
“En los sectores populares, principalmente, se evidencia el abandono del Estado mediante la ausencia de sus organismos de seguridad”, aseveró.
En su opinión, se le suma la precariedad de los servicios públicos y la baja calidad de vida, según subrayó.
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