Sujetos empistolados pusieron fin a la existencia del encargado de una finca ubicada en la comunidad rural Altamira, al sur de Maturín.
La víctima de nombre Pedro Franco de 41 años compartía junto a su esposa en las inmediaciones de la hacienda cuando fueron sorprendidos por el grupo de sujetos que salieron de la nada.
El crimen ocurrió cerca de las 10 de la noche del miércoles, indicaron funcionarios policiales.
Los asesinos obligaron a la mujer del trabajador a que ingresara al rancho y luego de un silencio sepulcral, se oyeron las ráfagas de disparos.
La dama esperó un rato y al asomarse por las rendijas de la puerta se aseguró que ya no corría peligro. Al salir consiguió muerto a su marido.
Al sitio se apersonó una comisión del Cicpc para realizar las experticias forenses y dar inicio a las investigaciones de rigor. Por las características del suceso, descartan el robo como móvil del crimen.