El sueño americano de la venezolana Andreina Chiquinquirá Acosta tuvo un fatal desenlace el pasado 7 de marzo mientras intentaba atravesar el Tapón del Darién, en Panamá. La joven madre falleció tras complicaciones de salud dentro de la inmensa vegetación, paso obligatorio de migrantes ilegales para seguir a los Estados Unidos.
La joven era oriunda del estado Zulia y emprendió la peligrosa travesía con su hijo Miguel Ángel Portillo, de 3 años de edad. Medios locales reseñaron que la venezolana salió desde Necoclí, Colombia, hasta Capurgana, lugar donde empiezan los caminantes adentrarse a la conocida selva de Darién.
Durante el recorrido, para subir la montaña selvática su estado de salud se complicó, pues al pasar las horas, el agotamiento y la desesperación jugaron en su contra.
«A todos les tocaba subir un lugar montañoso de 7 horas, con muchas dificultades, debido a la cantidad de lodo y lo inclinado del mismo», destacó un medio zuliano citado por El Nacional.
El grupo de migrantes que le acompañaba brindó primeros auxilios a la joven, pero no pudieron hacer nada: un paro cardíaco acabó con su vida.
Margot Acosta, tía de Miguel, afirmó que el niño se encuentra bajo la custodia de las autoridades panameñas.