“No entiendo qué paso. Fui a prender el bombillo de la sala y la casa explotó”, fue el testimonio de Adriana Figueroa a sus vecinos y familiares que corrieron hasta su casa en la calle San Gaspar del sector Juana Ramírez de Costo Abajo, para socorrerla luego que una bombona de gas estallara dentro de su domicilio.
Era de mañana en el sector ubicado al norte del municipio Maturín, cuando los vecinos despertaron con un estruendoso ruido que los dejó paralizados por un momento; el llanto de un niño de cuatro años y los gritos despavoridos de la dama y su esposo hicieron reaccionar a la comunidad.
El inmueble quedó destrozado, las paredes de concreto se derrumbaron con la presión de la onda expansiva y el polvo formó una densa nube con gas que impedía a las personas ver lo que en realidad había sucedido.
Entre la nada salieron caminando Adriana de 31 años y su esposo Carlos Figuera de 28 junto a su hijo de 4 añitos quemados considerablemente.
Andreina Villamizar trabaja en la bodega que la familia tiene en la casa y contó en exclusiva para El Periódico de Monagas que los hechos ocurrieron a las 7 de la mañana.
Detalló la fuente que para el momento del estallido, el pequeño se encontraba dentro de la habitación, su papá en el baño y la mujer salía del local hacia la sala para encender la luz.
Al manipular el interruptor, contó Villamizar, ocurrió el siniestro; se presume que el Gas Licuado de Petróleo (GLP) estaba concentrado en toda la casa, un cuarto, la bodega, sala y comedor; una chispa hizo contacto con el carburante. Y se produjo la tragedia.
Andreina relató mortificada a las afueras del área habilitada para atender a los quemados que, la comunidad con precarias condiciones llevaban 10 meses sin gas, y que el pasado sábado, hace tres días fueron atendidos con este servicio.
Incumpliendo el anuncio de la Gobernación ante la prohibición de concentración en bombonas para su acopio, venta y distribución, cada vecino fue a la casa de una de las representantes de la comunidad a retirar sus cilindros para llevarlo a sus casas.
Comentarios del caso refieren que la bombona entregada a esta familia estaba muy llena y con fuga; un día antes del suceso el niño manifestó percibir un extraño olor.
“Ella todas la noches se encarga de cerrar el regulador y hornillas, sin embargo, no comprendemos cómo pudo ocurrir”, dijo preocupada la fuente.
La fuga y concentración de gas generó que esta se disparara sin causar fuego, destruyendo todo a su paso.
El director del hospital Dr. Manuel Núñez Tovar de Maturín, doctor Darwin Moreno, informó que Adriana Figueroa presentó quemaduras de tercer grado en el 65 por ciento de su cuerpo, mientras que su esposo Carlos Espinoza resultó con lesiones de segundo y tercer grado en el 60 % de su superficie corporal.
El niño de 4 años, está más delicado con el 95 % del cuerpo quemado y está siendo atendido por cirujanos plásticos y demás especialistas en Cuidados Intensivos de Pediatría.
A su llegada a las 8 de la mañana al hospital fueron ingresados por los bomberos al área de Trauma Shock y luego al área habilitada para atender a los quemados de Caño de Los Becerros.
Luego de 26 días de la tragedia en el municipio Piar, las alarmas se activaron una vez más en el estado Monagas por accidentes con bombonas de gas, en menos de un mes es la segunda explosión de cilindros domésticos que se registra.
Esta situación genera temor en toda la población puesto que, por mucho tiempo los cilindros no han tenido uso y van deteriorándose, por lo que hacen llamado a las autoridades a realizar el mantenimiento oportuno a los cilindros.
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