Los familiares de los detenidos en los calabozos de Polimonagas y del Cicpc esperan que la comisión designada por el Presidente Maduro para la transformación del sistema judicial revise a profundidad la situación de estos Centros de Detención Preventiva (CDP).
El grupo de personas prefirió no identificarse por temor a que sus hijos, nietos, sobrinos u hermanos reciban se vean afectados por la exigencia que hacen ante la “situación sanitaria” en las celdas.
Una mujer de 58 años, madre de un joven de 30 y detenido por hurto, contó que “al mi hijo caer preso en la PTJ se minó de abscesos y hasta piejos le cayó”.
“Hacen fumigación contra el covid-19 pero hay muchos enfermos con cuadros respiratorios y varios han fallecido. Hay muchos detenidos para el espacio reducido donde los tienen”, dijo la mujer.
“No solo es el retardo procesal, los llevan al Tribunal y lo regresan o como ha ocurrido que no tenemos los medios para llevarlos hasta la presentación. Pagar un taxi es complicado, no quienes realizar el servicio y quienes dicen sí cobran un dineral”, contó la fuente.
Sobre el tema, otra de las denunciantes agregó que “muchos tienen sarna y el cuerpo lleno de llagas; antes nos dejaban pasar al patio interno para las curas médicas y pasarle tratamiento y ahora no se hace por los casos respiratorios y evitar que nos enfermemos”.
“No han hecho traslado al hospital desde hace tres meses cuando estuvo la oleada fuerte del covid-19. Nosotros somos médicos y enfermeras. Los sacan cuando están muy complicados”.
Un hombre cristiano evangélico añadió “esperamos de verdad esta situación se atienda, en el caso de Polimonagas, donde tengo un familiar es un verdadero calvario, el proceso ha estado muy lento y muchos presos en una sola celda”.
“Dios meta su mano para que Monagas, tierra de Diosdado Cabello, sea el estado piloto donde arranquen y se tomen las medidas que se tengan que tomar para acabar con esta tortura a la que estamos sometidos como familiares, en buscar y traer comida, ropa y productos de aseo personal”, dijo el hombre.
En menos de un mes, según la ONG Una Ventana a la Libertad, en menos de un mes dos reclusos del Cicpc Maturín fallecieron por síntomas asociados al covid-19. UN tercer fallecido por tuberculosis, según la información suministrada por fuentes internas al cuerpo de seguridad.
Esta situación encendió las alarmas en los parientes de detenidos porque temen se convierta en un foco esos espacios y aumente la cifra de fallecidos o enfermos, aseguran no tener dinero para costear medicamentos o funerario.
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