La señora Yirda Prado acudió ante El Periódico de Monagas para denunciar el acoso del cual está siendo víctima por presuntos funcionarios de la policía municipal «con citaciones anónimas», luego que su hija de 18 años fuese objeto de abuso sexual por un hombre que, al parecer, la dopó para cometer su aberración y «es apoyado por funcionarios de los organismos de seguridad» en la entidad.
Es por eso que pidió a los órganos de administración de justicia, en especial a la Fiscalía 15, una medida de protección a la víctima, ante los constantes «acosos» por el policía Luis Rodríguez que ha acudido a su casa reiteradas veces y de manera violenta, «hasta vestido de civil».
Prado aseveró que «la citación es por la campaña de denuncias que hemos hecho por las redes sociales porque este fue un hecho público y es del conocimiento de muchas personas».
«El llamado también es para el Instituto Nacional de la Mujer, la Fiscalía General de la República, Defensoría del Pueblo y demás instancias de protección», agregó la afectada que ha vivido el calvario desde el pasado 7 de julio.
La dama indica que el hombre, supuestamente, responsable del acto responde al nombre de José Velásquez. «Este fue privado de libertad por el requerimiento del Tribunal 1 de Control en materia de Violencia Contra la Mujer. Pero al imputado le están pidiendo cambio de sitio de reclusión y beneficios, por eso nuestra denuncia; que se haga justicia».
En una conversación bastante traumática, por parte de la afecta al recordar el peligro de muerte que corrió su hija, la denunciante dijo que el día de los hechos la víctima se encontraba cerca del Polideportivo en una escuela de música. La agraviada es violinista profesional y ese día fue a ayudar a los niños nuevos en la academia.
«A la escuela de música de presentó este señor (José Velásquez) y le dijo a mi hija que le daría la cola porque lo mandó el director de la escuela», dijo Prado.
Confiada quizás, por conocer desde hace tiempo al profesor de música, la muchacha aceptó la cola, cayendo en la trampa del victimario.
«Nos dimos cuenta que algo estaba pasando porque se hicieron las 6:00 de la tarde y ella nunca acostumbra a llegar pasada esa hora a casa», relató la mujer al tiempo que aseguró «comenzamos a llamar a todo el mundo y nadie sabía de ella».
«Él le dio algo de tomar y la drogó para poder abusar de mi hija», dice con firmeza la dama.
Prosiguió relatando que, a eso de las 8:40 pm salieron a buscarla por la parada y en algunos lugares de la Zona Industrial para dar con algún rastro.
«Cuando su papá y hermano, junto a unos vecinos, recorrían la Zona Industrial, se dan cuenta de un carro estacionado en una farmacia; ven al hombre pero como no detallaron algo extraño continuaron».
Refiere el relato de Prado que «de regreso a la urbanización, dan la vuelta en Las Carolinas y vuelven a ver el mismo carro y el mismo hombre en la entrada de La Llovizna. Siempre tenía el asiento del copiloto reclinado y por eso no veían nada. Su hermano no quitó la mirada del vehículo y ven que él (José) estiró la mano hacia el cojín trasero para agarrar el forro del violín de mi hija y es cuando se dan cuenta que se trataba de ella».
«Ven que la puerta se abre y su hermano gritó -corre, corre que es mí hermana-«, contó entre lágrimas.
De inmediato llegaron al carro del sujeto y este arrancó con la puerta abierta produciéndose una persecución.
«Yo estaba en el urbanismo angustiada y al oír el escándalo llegamos a la entrada y nos conseguimos con todo eso. Recibo a mi hija en mal estado; su papá, hermano y vecinos se van detrás del hombre».
«El hoy imputado llegó al Cicpc y dijo que lo perseguían, pero antes vociferó que a él no le iban hacer nada porque tenía palancas. Los funcionarios no nos quisieron tomar la denuncia y nos mandaron para la Fiscalía. Nos vimos en la necesidad de llamar para la Fiscalía 15 y fue que ordenaron al Cicpc recibir la denuncia dejando arrestado al hombre», contó.
«Uno de los funcionarios viendo a mi hija así, en el estado que estaba, comenzó a darle leche para que pasara el efecto y para cuando le hicieran la prueba toxicológica saliera negativa. Pero hay una prueba forense que confirma el abuso sexual de mi hija», aseguró Prado.
Desde entonces, tres citaciones de la policía en Viento Colao ha recibido. También fue al «comando general de la POMU para denunciar al funcionario en cuestión, quien negó todo los hechos de acoso. Luego de esto, fue a mi casa nuevamente, sin uniforme, para una nueva citación. Iban a tumbar la puerta de la casa».
En este sentido, Yirda Prado pide a las autoridades brindar mayor atención y protección tanto a ella como a su hija porque temen por sus vidas, asegura que «no nos callaremos, vamos a seguir hasta que se haga justicia por mi hija, porque esto le puede pasar a cualquier madre y hasta a un funcionario público. Que no haya impunidad».
Foto: Carlos Rondón.
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