En tal sentido, la clave está en conocer a la mascota y poder detectar a tiempo si algo no está marchando bien para poderlo llevar al veterinario lo más pronto posible y conseguir la cura.
Expertos señalan que, “aunque los animales de cualquier edad pueden contraer cáncer, cuanto más tiempo viven, mayor es la probabilidad de que lo padezcan. Los perros contraen cáncer aproximadamente en la misma proporción que los seres humanos”, indica el sitio web de la FDA.
Es por ello que, la observación es clave para poder determinar a tiempo cualquier cambio de comportamiento, la aparición de alguna malformación, etc.
Tal como ocurre con los humanos, ellos también darán señales de advertencia, un bulto o protuberancia, una herida que no cicatriza, sangrado anormal, entre otros signos, según la doctora Troutman, pueden llevarte a un diagnóstico.
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Los dueños de las mascotas son quienes deben estar atentos ante cualquier cambio físico o conductual del perro para así poder llevar a una consulta veterinaria. Este profesional deberá evaluar a la mascota y establecer el tratamiento adecuado si se trata de cáncer en el perro.
Entre las señales más comunes se encuentran:
– Ganglios inflamados. Se encuentran repartidos en la zona cervical o detrás de las rodillas.
– Bultos extraños. Tumores cutáneos o subcutáneos.
– Tose y vomita con frecuencia y por tiempo prolongado.
– Tiene lesiones que no sanan, incluso después de cumplir con el debido tratamiento.
– Presenta dificultades para orinar o defecar.
– No come y comienza a perder peso.
– Problemas para tragar.
– Está decaído, pasa la mayor parte del tiempo durmiendo y no quiere jugar ni hacer ejercicios.
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